La Policía Nacional ha dado por concluida, sin éxito, la búsqueda de los cadáveres de la maliayesa Mari Trini Suardíaz y su bebé, desaparecidas hace ya tres décadas, en una vivienda en Berbes (Ribadesella), donde ambas residieron con el marido de Trini, Antonio María Da Silva, "el portugués", de quien se sospecha que pueda vivir actualmente en Portugal y que haya tenido algo que ver con la desaparición de las dos asturianas, cuyos cadáveres ya fueron buscados sin éxito en 2016 en un pueblo de León.

Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Gijón han abandonado el lugar sin hallar los cuerpos de Trini y su bebé, aunque sí han encontrado en el inmueble mucha ropa, maletas y documentos. Los agentes estuvieron picando en unas fosas sépticas que había construido el portugués, pero en las mismas no encontraron ni rastro de las desaparecidas.

Algunos vecinos de la zona han apuntado a otra posibilidad, aunque por ahora la Policía Nacional no ha realizado ningún registro en base a ella. "Al final de la playa de Vega hay una antigua bocamina que ahora es una especie de lago, en la que el portugués tiró dos coches", aseguran lugareños.Expectación vecinal

Los vecinos del tranquilo pueblo de Berbes estaban expectantes ante la presencia policial. Muchos de ellos decían recordar a las dos mujeres, que desaparecieron cuando la madre contaba con 23 años y su pequeña tan solo con trece meses. Todos coincidían en que "casi no se las veía fuera de casa" y apuntaban a que su encierro no era voluntario, sino por imposición de Da Silva. De hecho, comentaban que incluso en alguna ocasión habían tirado notas por la ventana alertando de su situación.

La mujer, natural de Bárzana (Villaviciosa), también arrojó notas por la ventana para pedir auxilio en Matadeón de los Oteros (León), donde se marchó con su marido y su bebé tras dejar la casa de Berbes y el lugar en el que se les pierde la pista. De hecho, en 2016 la policía ya buscó los restos de madre e hija en la localidad leonesa, en el solar en el que se ubicaba su vivienda, derribada en 1996.

Al no encontrar nada, el Juzgado número 4 de Gijón decidió archivar el caso casi un año más tarde. Sin embargo, ahora, la instructora, Ana López Pandiella, ha decidido volver a reabrir la causa porque, al parecer, los agentes, que no han cesado de investigar en este tiempo, tienen nuevas pistas sobre lo que ocurrió con Mari Trini y Beatriz, que les llevan a Berbes, el último lugar en el que pudieron estar.