La preocupación por los incendios y la alta rentabilidad de algunas producciones agroalimentarias son dos asuntos prioritarios para el doctor químico por la Universidad de Oviedo e investigador del Serida Juan José Mangas Alonso, nombrado ayer miembro numerario permanente del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). Un acto en el que Mangas Alonso tomó la palabra para hacer un breve repaso de la investigación agroalimentaria en Asturias durante los últimos treinta y tres años.

Mangas Alonso destacó que uno de los problemas principales a los que se enfrenta Asturias son los incendios, que en los últimos años han terminado con una importante masa forestal de los bosques de la región, y manifestó que en la zona del Suroccidente, donde la mayoría de la vegetación es matorral, se está perdiendo mucha masa vegetal. El nuevo miembro del RIDEA destacó que "cuando se pierde la masa vegetal estamos abocados a la desertización" y alabó la importancia de crear zonas de pasto que "actúan de forma natural como cortafuegos".

En cuanto a las especies vegetales que hoy tienen una gran rentabilidad en Asturias, destacó Mangas las producciones de kiwi y de arándanos. Sobre éstas últimas se está llevando a cabo un plan de mejora genética del fruto que pretende dar con genotipos que sean capaces de producir el fruto en septiembre y octubre. Así se cubriría la venta del arándano en el mercado en unos meses en los que la planta no da fruto y, como consecuencia, reportaría grandes beneficios para sus productores. Juan José Mangas también evaluó la importancia de los trabajos llevados a cabo desde el sector del manzano en Asturias, una rama en la que él tiene centrada su carrera profesional. "Tenemos un problema serio entre el sector sidrero y el del manzano, y es que falta profesionalización en el primero", subrayó. Gracias a los trabajos llevados a cabo en cuanto a las diferentes variedades de manzana de sidra, las podas, la mejora del rendimiento de los manzanos y el respeto del medio ambiente, Asturias ha logrado contar con una Denominación de Origen para la sidra asturiana, algo impensable hace algunos años.

El nuevo miembro del RIDEA quiso dar las gracias a todas las entidades que han colaborado en estos últimos treinta y tres años para sacar adelante estos estudios, que también se han centrado en la faba asturiana y en la afección de la tuberculosis en la cabaña bovina. "Quiero dar las gracias a la Universidad de Oviedo, al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y al Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio por su colaboración y porque gracias a ellos y al Serida hemos logrado muchos avances en el sector agroalimentario asturiano", indicó. Mangas señaló que "el sector dispone de herramientas para maximizar las producciones y lograr mejores rendimientos agronómicos, que han sido el resultado de muchos años de trabajo conjunto".