Varios vecinos del pueblo riosellano de Berbes -donde la desaparecida maliayesa Mari Trini Suardíaz y su hija Beatriz vivieron con Antonio María Da Silva, su marido y padre, así como su posible verdugo- pusieron a la Policía Nacional sobre la pista de que los cuerpos de ambas pudieran estar en el fondo de una laguna cercana. Aseguran que aquí tiró dos vehículos de su propiedad y tal circunstancia hicieron constar también los miembros de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) en el informe que han remitido a la juez que se encarga del caso de la maliayesa.

Los agentes confirman que, según los testimonios de varios vecinos, Antonio María Da Silva, durante su estancia en el pueblo habría arrojado dos vehículos a la balsa de una explotación minera de feldespato que se encuentra próxima a la localidad. Frente a dicha explotación se creó una balsa para recoger el agua que se bombeaba desde la mina. Se cerró por problemas técnicos y desde entonces la laguna fue utilizada por los habitantes del entorno para arrojar animales muertos, vehículos y otros desechos. Aunque esta práctica está prohibida, mucha de la basura que se tiró sigue sumergida en el agua. Está demasiado turbia como para revelar lo que se esconde en el fondo. Así que los agentes no pudieron corroborar a simple vista la presencia de los automóviles porque el nivel del agua tampoco lo permite, pero recogieron esta información en el informe que se ha remitido a la autoridad judicial. Será quien determine si la próxima búsqueda será aquí. Se necesitan medios especiales.