Asturias tendrá que aplicar, al menos de momento, el real decreto que, como consecuencia del cambio de normas en la Política Agrícola Comunitaria (PAC), obliga a enterrar los purines y el cucho, y por tanto, a cambiar los métodos de aplicación empleados hasta ahora.
Así lo confirmaron a LA NUEVA ESPAÑA fuentes del Ministerio de Agricultura, donde mañana tendrá lugar una reunión en la que el Principado reclamará para la región la consideración de terreno exento de cumplir la norma.
A fin de hacer que la transición a los nuevos métodos sea menos traumática, el departamento de Isabel García Tejerina ha optado por aplicar una primera medida a partir de este año, que consiste en que los purines o estiércoles líquidos se esparzan en las superficies agrícolas de forma localizada en el suelo en lugar de hacerlo en forma de abanico o mediante cañones. El mismo procedimiento sirve para el cucho (estiércol semisólido).
En el Ministerio matizan que la aplicación de purines supone el 28% de las emisiones totales de amoniaco y que, con su aplicación localizada en el suelo, se pueden reducir estas emisiones entre un 30% y un 70% si finalmente se entierra. El Ministerio publicó un decreto de bases y una convocatoria de ayudas a la renovación de maquinaria el pasado mes de julio, en el que se incluyen ayudas para la adquisición de cubas de purín con aplicadores localizados.
En el primer cuatrimestre de este año habrá una nueva orden de ayudas dirigida específicamente a este tipo de máquinas, sobre todo para cambiar el sistema de aplicación, pues en la mayoría de los casos no es necesario cambiar la cuba de purín. "Aplicando este tipo de medidas y las que haya que aplicar en el futuro, el sector ganadero podrá seguir teniendo margen de crecimiento de una forma ambientalmente sostenible", agregan.
Este año las comunidades pueden establecer excepciones en la aplicación de manera que los ganaderos o empresas sin aplicador localizado puedan tener tiempo para reemplazarlo.
