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Xuacu Álvarez, pasión y descanso en la nieve

El guía de montaña ovetense, que reside en Cabrales, aprovecha los huecos que deja el temporal para practicar esquí y alpinismo

"El invierno es el momento del año en el que tienes tiempo de hacer cosas para ti, después de ciento cincuenta días haciendo cosas por otra personas". A Joaquín Álvarez Sánchez, "Xuacu", le encanta su trabajo: guía de montaña. Pero también sabe disfrutar de las "vacaciones", que llegan con la estación más fría, salvo que alguien lo llame para una guiada invernal. No es habitual.

Pero incluso cuando "descansa" y cuando arrecia el temporal, este ovetense criado en Quirós y residente en Arenas de Cabrales, no deja de mirar hacia la montaña. Desde niño lo atrapó su "magia". De ahí que cuando el paisaje se va tiñendo de blanco, como estos días, lejos de huir a rincones más cálidos, busque lugares donde entrenar, en los que practicar el alpinismo, el esquí de montaña o donde hallar corredores de hielo. Además de su fuente de ingresos y su modo de vida, la nieve es su pasión.

Como todos sus colegas se pasa de mayo a octubre guiando gente por las montañas. Son unos 150 días de trabajo intenso, tras los cuales llega la calma. Pero Xuacu Álvarez, que es también profesor de esquí, asegura que está empezando a notarse un gran "boom" del esquí de montaña. Sobre todo de personas que llevan muchos años practicando el esquí alpino, en estaciones, y quieren dar "un paso más hacia la naturaleza". Pero aún es un mercado "muy limitado". De hecho, "para comer de ello hay que trabajar como profesor de esquí en la estación", afirma. Xuacu Álvarez lo hace en la actualidad en Pajares y estuvo anteriormente en Fuentes de Invierno, Cerler, Vaqueira, Piau Engaly...

Su amor por la naturaleza le lleva a salir a diario por bosques, prados y veredas. Eso sí, con precaución. Sobre todo con la nieve recién caída, como estos días de temporal. "Tras grandes nevadas como esta el manto nivoso está muy inestable, así que no conviene subir a la alta montaña por el elevado riesgo de aludes", indica.

Xuacu Álvarez asegura que "lo mejor" sería que ahora lloviera y la nieve se congelara, porque así ya se podría subir a las alturas. Eso sí, si amaina el temporal y siempre "con cuidado".

¿Qué hacer entonces en días como el de ayer? Subir en un vehículo equipado con ruedas de invierno todo lo que la legislación permita y después coger caminos con hasta un metro de nieve para buscar el escenario perfecto en el que practicar esquí de montaña. Son perfectos los prados, pero hay que conocer el entorno para evitar, por ejemplo, lugares con alambradas.

Lo "ideal" son las grandes camperas y, en especial, los bosques de hayas, como el de Tielve. "Es maravilloso esquiar allí", señala el guía asturiano, a quien su entusiasmo por la montaña le viene en los genes. No en vano es hijo de un escalador y montañero y sobrino de "Tito" Claudio Sánchez, histórico del montañismo español, y de él aprendió buena parte de lo que sabe de escalada, pues con él "esguiló" por primera vez, a los 10 años.

Xuacu Álvarez protagonizó hace un año la primera invernal en solitario por la mítica Canal del Pájaro Negro

, una de las escaladas más complicadas de cuantas se pueden realizar en la Cordillera Cantábrica. Entonces, durante 51 horas de marcha y escalada, soportando temperaturas de hasta 10 grados bajo cero y tras pasar una noche en un refugio vivac y otra al raso, en la cima de la Peña Santa, se enfrentó a la soledad, al frío, al cansancio y a dos tipos de fantasmas: los propios de la montaña y los personales. Era una suerte de "test psicológico", una "mentalización" que se había propuesto hacer. Y la hizo.

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