Calcula Celestino Díaz Morán que lleva más de un millón y medio de kilómetros trabajando en la carretera. En su furgoneta blanca salen cada mañana cientos de periódicos de LA NUEVA ESPAÑA camino del suroccidente asturiano. Él es una de las casi 70 personas que, con vehículos, participan en el reparto del periódico por toda Asturias. Tino Díaz realiza la ruta La Espina-Cangas del Narcea. No son dos localidades muy alejadas pero la distribución dura unas dos horas, en las que hace más de cuarenta paradas para dejar ejemplares del periódico. Los domingos el recorrido aumenta porque también sube hasta Pola de Allande.

Pero la madrugada de ayer, y previsiblemente también la de hoy, no son jornadas al uso. Entre la nieve, contra la lluvia, frente al frío, el periódico sigue llegando a los lectores. Es un reparto que se convierte en una aventura "que dura 362 días al año", dice Tino Díaz, un espinense que además de la distribución de prensa tiene junto a su esposa un negocio de taxis, incluyendo transporte escolar, y realiza servicios asociados al Camino de Santiago.

LA NUEVA ESPAÑA lo acompañó ayer en su labor. A las cinco de la mañana, ya en carretera. "Los periódicos me llegan a través de otro compañero de distribución, que me los trae hasta La Espina. A partir de ahí, es cosa mía". En un día normal la Ford Courier carga casi 600 ejemplares de LA NUEVA ESPAÑA. Los domingos, el vehículo casi llena. "Imagínese unos 900 periódicos, más suplementos y cualquier otro objeto de promoción".

Un trabajo que hace casi siempre en solitario porque "por más que invito a amigos o familia, no se apunta ni Dios", ironiza. "A las cinco y media de la mañana me paro a tomar un café en el bar Centro, de Tineo, que está abierto todo el año. Siempre somos los mismos, cuatro o cinco clientes con los ojos medio cerrados y que hablamos poco a esas horas de la madrugada". A Tino le importa poco el frío. "Uno se abriga y en paz". Y en cuanto a la nieve, obliga a levantarse un poco antes y hacer el trayecto más tranquilo "pero he visto nevadas bastante mayores que las de estos días. El problema no es tanto la nieve como el riesgo de árboles que se caen, argayos en la carretera y heladas porque no hay que olvidar que circulamos a la orilla del Narcea".

El reparto en Cangas es el más numeroso, pero a partir de allí se hacen fundamentales los panaderos que recorren los pueblos del concejo y también llevan los periódicos a los vecinos, estos días con problemas de aislamiento. Recuerda Tino Díaz una anterior etapa como distribuidor de prensa. "Hacía a diario la ruta Oviedo-Vegadeo por la antigua carretera nacional. Más de trece mil kilómetros al mes". El madrugón y la labor de madrugada tienen su recompensa: "Vuelvo a casa, en La Espina, hacia las ocho y media de la mañana y ahí me doy un placer pecaminoso: desayuno bien, me leo LA NUEVA ESPAÑA, empezando siempre por detrás y después, si puedo, otra vez a la cama".