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Arquitecto, comisario de la muestra sobre las centrales eléctricas de Joaquín Vaquero Palacios

Joaquín Vaquero Ibáñez: "Las centrales de Vaquero Palacios son únicas y totalmente actuales"

"La exposición que inauguramos en Madrid el próximo día 15 llegará a Asturias: es nuestro siguiente objetivo"

Joaquín Vaquero Ibáñez: "Las centrales de Vaquero Palacios son únicas y totalmente actuales"

Joaquín Vaquero Ibáñez es el comisario de la exposición "Joaquín Vaquero Palacios. La belleza de lo descomunal. Asturias, 1954-1980". Una muestra que profundiza en la labor del arquitecto ovetense en cinco centrales eléctricas que realiza en suelo astur -Salime, Miranda, Proaza, Aboño y Tanes- y que se inaugura el próximo jueves, 15 de febrero, en el Museo ICO de Madrid. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono, para hablar sobre la exposición y la obra de su abuelo, Joaquín Vaquero Palacios.

- Háblenos de la muestra.

-El objetivo principal es arrojar un poquito más de luz sobre esta parte tan particular de la obra de mi abuelo, que fue su colaboración con Hidroeléctrica del Cantábrico (HC) para realizar estas cinco centrales. La obra de mi abuelo es extensa, a nivel artístico y arquitectónico. Pero ésta es una parte muy concreta de su obra y bastante desconocida en el fondo, a la que intentamos dar la difusión que le corresponde. Porque estas centrales, en el contexto y el marco contemporáneo, son totalmente actuales. Tienen una claridad de diseños y formas que podrían ser escenarios de cualquier película o escena de cine contemporáneo; son obras absolutamente maravillosas, únicas y excepcionales. Por eso queremos sacarlas a la luz y ponerlas en contexto, como parte fundamental de la arquitectura contemporánea, en el marco del patrimonio español y asturiano. En este país nos cuesta muchísimo valorar lo nuestro.

- Son además conjuntos que responden a un planteamiento casi de obra de arte total.

-Absolutamente. Es un ejemplo claro, es una obra de arte total a todos los niveles, desde la concepción de volúmenes y formas hasta el tratamiento de los interiores: el diseño de las turbinas, los colores de las distintas salas, la iluminación? Es un ejemplo maravilloso en el que la arquitectura cobra su dimensión de una manera total. Estas centrales son únicas.

- ¿Cómo afrontó el diseño de la exposición para poder mostrar todas esas cualidades de las centrales?

-Teníamos un objetivo claro: huir de una típica exposición arquitectónica compleja o muy técnica. Queríamos hacer una muestra divulgativa, clara, visual, artística. Se ha buscado contar la historia de la manera más clara posible y a través del filtro de una visión artística que analiza cómo mi abuelo, a partir de su formación técnica y artística, ha conseguido desarrollar estas obras. Para ello, hemos integrado en la exposición fotos, planos, maquetas, vídeo... todos estos elementos resaltan esa visión que convierte a estas centrales en unas obras especiales.

- En algunos de esos proyectos colabora también su hijo, Joaquín Vaquero Turcios, padre de usted.

-Hay una colaboración absoluta, pero es un jaleo tremendo en el sentido de que mi padre acompañaba a mi abuelo a estas obras, como antes hacía mi abuelo con mi bisabuelo (Narciso Hernández Vaquero). Así se inicia una colaboración natural, en todos estos procesos, entre mi abuelo y mi padre, que pintará ese mural gigantesco en Salime o los motivos decorativos de Tanes. El propio logo de HC es diseño de mi padre. Es una evolución natural, el compartir esas vivencias y esas experiencias tan completas, tan poderosas.

- Hay un aprendizaje, ahí.

-Por supuesto. Y también, relacionado con esto, una cosa muy importante: la pérdida del miedo a la escala. Hablo de esas escalas brutales, ciclópeas, de obras que son descomunales, como indica el propio título de la exposición. Eso marcó a mi padre desde muy joven, y no hay más que ver como ha sido su producción artística: el monumento de la Plaza de Colón en Madrid, sus murales... Hay precisamente una vocación muralística, de expresar su arte fuera de lo cotidiano y fuera de los marcos propios. El haber compartido esa obra de las centrales eléctricas con su padre, y haber convivido ambos en esta experiencia, claramente les ha marcado a ambos para luego buscar nuevos marcos con esas dimensiones casi para los dioses, que no son ni siquiera humanas.

- Completando la exposición, se edita un catálogo que parece llamado a ser una obra de referencia para los estudios sobre Vaquero Palacios. ¿Qué puede adelantar de ese volumen?

-Hemos puesto mucho interés en hacer una revisión a nivel de imagen de todo ese conjunto de obras, porque las imágenes que había hasta ahora estaban un poco, digamos, obsoletas. Así que hemos hecho un esfuerzo en documentarlos gráficamente y de la manera más artística posible. No queríamos que fuera únicamente una documentación técnica, sino que incorporase esa misma visión artística que tiene toda su obra.

- ¿Cuál es, a su juicio, el estad de conservación de estas obras?

-Están absolutamente bien mantenidas, con un cariño y un respeto totales que hacen que en la actualidad estén en perfecto estado. Me quito el sombrero ante la labor de EDP por saber valorar y entender la importancia de este patrimonio, cosa que no es habitual. Evidentemente, estas centrales producen energía, pero el respeto es total en todas estas obras. Esto conecta con una estrategia de la que se han dado cuenta muchas marcas hoy en día, la de invertir en la imagen, que es lo que ha llevado a muchos artistas a trabajar con las grandes marcas. Pero que a mediados del siglo XX esto no era frecuente, y HC hace esta apuesta además en unos escenarios perdidos en las montañas asturianas. Era una visión absolutamente innovadora, muy original y muy excepcional, y que deja clara la sensibilidad de los dirigentes de HC.

- ¿Podrá verse esta exposición en Asturias?

-Por supuesto. Tiene vocación itinerante y Asturias va a ser el siguiente objetivo. Queremos que siga los pasos de mi abuelo y pasará también por Roma, por Nueva York y por los otros sitios en los que estuvo y que tuvieron importancia para él. Es una forma de darle sentido y cerrar el círculo vital.

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