Tres años de prisión y cinco de libertad vigilada es la condena final para el cántabro que persiguió en coche a su exnovia desde Santander, la obligó a detenerse en Vidiago (Llanes) y la violó entre unos matorrales tras golpearla. La pena es el resultado de un acuerdo entre la defensa y la Fiscalía, que inicialmente solicitaba penas que sumaban diez años y nueve meses de cárcel por delitos de malos tratos y violación. En la rebaja de solicitud de condena el fiscal apreció la atenuante cualificada de la reparación del daño, ya que el acusado abonó las indemnizaciones solicitadas tanto por la víctima como por el Sepa.

El acuerdo entre la Fiscalía y el abogado de la defensa, Roberto Rodríguez Blanco, incluye también 21 días de trabajo para la comunidad y que el ya condenado J. R. G. C., no pueda residir en la misma localidad que la víctima, que no presentó acusación particular.

Los hechos se remontan al 20 de marzo de 2016, cuando agresor y víctima coincidieron en un partido de Rácing de Santander en el estadio del Sardinero. Ambos habían sido pareja durante seis años y hacía sólo un mes que se había roto la relación. Tras una fuerte discusión, la joven decidió abandonar el recinto y volver a Gijón, donde residía porque cursaba allí estudios de Turismo.

El hombre decidió seguirla en su coche, hasta que le dio alcance en Llanes, donde la obligó a detenerse. Se dirigió a ella, le quitó el móvil y se lo hizo añicos contra el suelo. Después le propinó varias patadas y tapándole la boca la cogió, la llevó tras unos matorrales y la violó. A continuación, cogió los restos del móvil y los arrojó lejos para que no pudiera recogerlos.

La joven logró llegar a Gijón y se dirigió al Hospital de Cabueñes, donde recibió asistencia médica. Posteriormente denunció los hechos. Sin embargo, en el proceso no ha habido acusación particular ejercida por la víctima.