Para hacer lo que el reglamento interno del nuevo PSOE le permite hacer, decidir quiénes podrán participar en las primarias para elegir al candidato a presidente del Principado, el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA) hablará "con grupos de militantes". Adrián Barbón trazó ayer su estrategia en ese territorio de lo genérico, anunciando que llamará a consultas a afiliados sin procedimiento formalizado y que una vez "escuchada la militancia", no necesariamente toda, resolverá si conviene abrir las urnas a los simpatizantes o dejar la decisión exclusivamente en manos de los socialistas con carnet. "Lo que mayoritariamente reciba" en ese proceso de asesoramiento "será lo que defienda". La resolución es potestad de la dirección autonómica y tiene más miga de la que parece: el sector crítico se ve más inclinado a celebrar un proceso abierto que uno en el que vuelvan a votar sólo los militantes, los mismos que dos veces el año pasado, en primavera y otoño, dieron la mayoría a la facción afín a Pedro Sánchez que en Asturias comanda Adrián Barbón.

Por lo que pueda tener de pista a seguir, el líder de la FSA dijo ayer que la organización debe buscar la manera de "conjugar la apertura a los simpatizantes con el papel de los militantes, que son el sostén de este partido". O también que conviene celebrar el advenimiento de un PSOE "más transparente, más abierto a la ciudadanía, en el que los simpatizantes tengan su papel, pero que refuerza sobre todo el de los militantes". Era ésta su forma de decirse "absolutamente satisfecho" con el reglamento interno que el partido prevé aprobar el sábado y del que a él no le constan las visiones discordantes de sus antagonistas políticos. "A esta dirección no ha llegado ninguna crítica, ni oficial ni extraoficialmente", sentenció ayer Barbón después de pactar acciones conjuntas de defensa de la minería, la conexión ferroviaria y la estrategia demográfica durante un encuentro con el secretario general del PSOE de León, Javier Cendón.

La ejecutiva de la FSA aplaudió en su reunión del martes la nueva norma de régimen interno que se dará el partido. Ayer, el secretario general abordó el espinoso asunto del protagonismo que se reserva a la militancia en la confección de las listas, uno de los puntos por donde se ha reabierto la herida de los críticos, y empezó resaltando el "matiz" que separa la situación venidera de la pasada: "Por primera vez, en cada agrupación votarán los militantes en listas abiertas y en secreto", pero hay otra precisión a continuación: el resultado de la votación no tiene por qué ser definitivo. Después de votar, la última palabra es la de la ejecutiva autonómica, que "debe cuadrar todo eso", entendiendo por ello aplicar criterios "de territorio, de género o de conocimiento" a la propuesta emanada de las bases. Barbón intentará que se entienda mejor con un ejemplo. "Imagínese", invita el secretario general, "que los más votados en la lista a la Junta fuesen nueve hombres de Gijón. O que fuesen todos ingenieros, o médicos?" Habría que incluir mujeres o aplicar elementos correctores de diversa índole... ¿Podría entonces darse de paso una lista con nombres no propuestos por los militantes? "Podría", asiente Barbón, "pero la ejecutiva tendría que justificar por qué propone a cada uno". Así sucedería por ejemplo con la inclusión de independiente, con un pacto con otras candidaturas?

El secretario general destaca además como "un paso revolucionario" la primera limitación de cargos institucionales, doce años para concejales, diputados o senadores -exceptuados alcaldes o presidentes- y en la acumulación de cargos la restricción a uno orgánico y uno institucional.

Antes de llegar hasta ahí, Barbón había entrado sin mentarlo en el asunto difícil de la cooficialidad del asturiano, recién incorporada a los postulados políticos de su partido y englobada según su nueva nomenclatura bajo la denominación de "el monotema del PP". "La presidenta del PP asturiano vive en el monotema permanente", dijo, y rechazó la insistencia de Mercedes Fernández prometiendo "no entrar en debates falsos que no se corresponden con las preocupaciones de los ciudadanos. Cada vez que ella hable del monotema, nosotros hablaremos de las pensiones, del despoblamiento, del empleo juvenil, de la brecha salarial? Y si no es consciente de que la política ha cambiado, allá ella", remató, "seguirá sentada en la bancada de la oposición".