Se acabó la pesadilla. Ya están en Asturias los pasajeros del vuelo Lisboa-Asturias que el viernes acabó desviado a Oporto ante la imposibilidad de aterrizar en Santiago del Monte por la niebla y por estar inhabilitado el sistema ILS, que permite tomar tierra a los aviones con escasa visibilidad.

Los pasajeros llegaron ayer al aeropuerto asturiano en tres tandas; vía Madrid en dos aviones que aterrizaron a la una de la tarde y a la una y treinta y cinco, y vía Londres en un avión que llegó a las siete y veinte de la tarde.

Agotados y muy cabreados tanto con la compañía TAP Air Portugal como con la policía portuguesa que "entró en el avión cuando llevábamos más de tres horas encerrados en Oporto y sin noticias de ningún tipo, sin calefacción y porque una chica se puso a grabar un vídeo uno de los responsable de la tripulación avisó a los agentes. La actuación de la Policía fue totalmente desproporcionada", asegura Ana González, de Oviedo, una de las pasajeras que ayer logró aterrizar en Asturias a las 13:25 de la tarde, cuando su vuelo tendría que haber llegado el día anterior a las nueve de la noche. Dice Ana González que "nos trataron como bultos. Ha sido todo una auténtica pesadilla".

Después de ser desviados a Oporto, los pasajeros estuvieron "tres horas repostando supuestamente, y después nos llevaron a Lisboa. Sin información, hacinados, con frío y nos pedían que no nos levantásemos de los asientos", explica Manuel Cano. Dice este joven ovetense que "es de alabar la profesionalidad del piloto que ante las inclemencias del tiempo decidió no aterrizar, pero lo que no se puede es tener a todos los viajeros durante tres horas metidos en una avión sin información. Hubo gente que lo pasó mal, que se puso muy nerviosa, había niños pequeños...", explica Cano, que insiste en que "después llegó la Policía con una actitud superagresiva porque una viajera decidió grabar con su móvil". Manuel Cano, al que esperaban ayer su madre y su abuela en el aeropuerto para ir a una comida en la calle Gascona en Oviedo, ya se habrá olvidado un poco del trance, pero reconoce que fue un viaje "para olvidar".

Al aeropuerto de Santiago del Monte vía Madrid desde Lisboa llegó también ayer Santiago Álvarez de Avilés. Con cara de agotado y pocas ganas de hablar debido al cabreo con los responsables aéreos, aseguró Álvarez que "en el avión se vivieron momentos de nerviosismo. Yo tenía que llegar ayer a las siete y media de la tarde y estoy aquí, al día siguiente a la una. Llego para comer", aseguró resignado.

A las dos de la mañana llegaron los pasajeros asturianos a Lisboa, donde fueron derivados a un hotel y pasaron allí la noche. "En realidad estuvimos tres horas porque a las cinco y cuarto de la mañana nos recogía el autobús para volver a llevarnos al aeropuerto de Lisboa y desde ahí coger el avión a Madrid, y de vuelta a Asturias", explica Papa Samba, un joven guineano que lleva cinco años viviendo en Colloto con su padre. "En cuanto llegue a casa me voy a dar una ducha y a dormir un poco porque estamos destrozados. La espera en Oporto fue horrible y los agentes nos trataron muy mal. Es normal que la gente grabe vídeos o saque fotos cuando estás en una situación así. Yo no pienso volver a coger el viaje a Guinea con escala a Lisboa, esto fue horrible", explicó Samba.

La niebla baja que se mantuvo durante toda la jornada del viernes en Asturias provocó un auténtico caos en el aeropuerto de Santiago del Monte. Cuatro vuelos (dos de Madrid, uno de Barcelona y otro de Palma de Mallorca) tuvieron que ser desviados a Santander; se anularon dos conexiones, una con Sevilla y otra con Madrid, y el vuelvo a Málaga tuvo un retraso de más de cuatro horas. Además no pudieron tomar tierra en Santiago del Monte el viaje de Lisboa y otro que venía desde Barcelona. Y eso que en el aeropuerto en febrero la frecuencia de niebla es baja.