La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Doctora en Geología e investigadora en la Antártida

Susana del Carmen Fernández Menéndez: "El cambio climático es una evidencia: de repente nieva o suben las temperaturas"

"A gran escala, es normal que se produzca un calentamiento, pero el problema es la velocidad"

Susana del Carmen Fernández Menéndez, en la Facultad de Geología de Oviedo. IRMA COLLÍN

Susana del Carmen Fernández Menéndez es doctora en Geología por la Universidad de Oviedo y profesora del área de Geodinámica Externa del Departamento de Geología de la institución académica asturiana. En la actualidad es también investigadora de un proyecto que se desarrolla en las Shetlands del Sur, en la Antártida. El proyecto (Perasnow) es interdisciplinar e internacional y su equipo está integrado por físicos, ingenieros y geólogos de las universidades de Oviedo, Alcalá de Henares, Praga y Lisboa.

-¿En qué se concreta su labor investigadora?

-Estudio la temperatura del permafrost, una capa congelada que está en el interior del suelo y que se mantiene así durante todo el año. Controlamos su evolución térmica en series temporales largas, cómo evoluciona su temperatura en relación a la temperatura de la atmósfera. Es un proyecto que ya comenzó en 1985. En la Antártida hay poca superficie de permafrost, y por eso las investigaciones se concentran en el Hemisferio Norte, porque la superficie que tiene permafrost es mucho mayor.

-¿En qué se traducen estas investigaciones?

-Si se descongela el suelo, la materia orgánica que contiene empieza a emitir grandes cantidades de CO2 y metano, gases de efecto invernadero que generarían un problema climático a escala global. La Tierra ha pasado por varias fluctuaciones climáticas, con periodos de grandes glaciaciones y otros de subidas de la temperatura. A escala geológica, podría parecer normal que se produzca un calentamiento global, pero el problema surge por la velocidad a la que está ocurriendo este proceso.

-¿Qué provoca el cambio climático?

-Eso es. La velocidad a la que se está produciendo ese calentamiento es histórica y se debe a la acción antrópica, porque generamos mucho CO2. Cogemos petróleo y carbón que llevaban millones de años enterrados y los quemamos.

-¿Nos vamos a cargar el planeta?

-No debemos pensar que tenemos esa capacidad. La Tierra permanecerá hasta que colisione con ella un gran meteorito o una tormenta solar. El problema es que toda la actividad humana se concentra en la costa y si se derrite mucho hielo, sube el nivel del mar. A quien más va a afectar el calentamiento global no es a la tierra, sino al hombre.

-Ya no cabe duda sobre el cambio climático.

-Es una evidencia. Se ve en la actividad atmosférica. El tiempo está loco, porque un pequeño incremento de la temperatura podría provocar que haya más fenómenos atmosféricos. De repente nieva e igual repentinamente suben las temperaturas. ¿Qué les pasa a las plantas, que ya no saben si florecer o perder las hojas? Ahora ya no se le escapa a nadie que todo esto tiene una repercusión directa en inmediata en nuestra forma de vida y en nuestra economía, aunque algunos países no se quieran dar por enterados. La clave está en la velocidad y capacidad de respuesta que tengamos para adelantarnos al cambio climático y frenarlo.

-Energías verdes, menos tráfico...

-Esto ya no es un tema de moda, sino que esa evolución la entiende cualquiera que tenga dos dedos de frente. Pasa con los coches, los autobuses, los camiones, y también con el tráfico aéreo, que tiene una repercusión impresionante.

-¿Cuál es la conclusión de la investigación realizada hasta ahora?

-Nosotros utilizamos unos sensores que miden la temperatura del permafrost cada tres horas a lo largo del año, y relacionamos la temperatura del suelo con la del aire. Desde el año 2009 sabemos que el proceso de subida y bajada de temperaturas es cíclico y que se produce cada tres o cuatro años. Esta periodicidad tranquiliza bastante. También utilizamos imágenes de satélite para hacer el seguimiento de los cambios que se producen a gran escala y así, donde no tenemos estaciones de investigación, también sabemos lo que pasa.

-¿Y qué pasa?

-Pues la comparación mediante imágenes de satélite de la superficie cubierta de nieve que presentaba la Isla Livingstone hace 25 años y la que presentaba el año 2016 muestra unos cambios mínimos. En la Antártida hace tanto frío que no se nota la diferencia entre menos 50 grados y menos 45. Cuando hace tanto frío no nieva, ni llueve ni nada porque la atmósfera no puede contener vapor de agua. Cuanto mayor sea la extensión de suelo congelado y más tiempo dure la nieve, mucho mejor para regular la temperatura del planeta.

-Pero en el Ártico la situación no es ésa.

-No. Por eso allí hay más científicos estudiando estos procesos que en la Antártida, y porque hay muchísima más superficie de permafrost, de suelo congelado que contiene enormes cantidades de carbono orgánico atrapado.

-¿Ustedes se sienten bien arropados y con financiación suficiente para sus investigaciones?

-Sí. Hay muchos proyectos y muy punteros, novedosos, multidisciplinares e internacionales. Se ha invertido muchísimo dinero en tecnología y en recursos, y ahora no se podrían abandonar porque se trata además de información altamente sensible y de un valor incalculable.

-¿Hay muchas mujeres científicas en estos proyectos?

-Sí, y de muchísimo prestigio. En este espacio la mujer no está ni infravalorada ni vetada. Al contrario. Nos vemos todos como científicos, no como hombres o mujeres. Y allí todo el mundo hace de todo y todos sabemos que necesitamos unos de otros, somos un gran equipo.

Compartir el artículo

stats