Entre la tristeza, la preocupación por el futuro y la incredulidad por la tragedia vivida hace poco menos de 24 horas. Así despidieron esta tarde familiares, amigos y vecinos de El Berrón a Rubén Fonseca Patallo, el sierense de 41 años fallecido en un incendio que tuvo lugar en la madrugada de ayer en el portal número 3 de la calle Río Magostales de El Berrón. La iglesia de Santa Cruz de Macenado se quedó pequeña entre quienes querían dar un último homenaje a un empresario que había cumplido años hacía sólo un mes y que todos definieron en las últimas horas como una persona "extraordinaria".

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"Fue una muerte inesperada y absurda", afirmó el párroco de la Pola, Juan Hevia.

"Quién iba a pensar que iba a acabar así por una tontería", reflexionaba poco antes del funeral Raúl García de Aramil, amigo de Rubén Fonseca. Los pensamientos se dividían durante el oficio religioso entre la despedida al sierense y la preocupación por su hija de cinco años, que actualmente se encuentra ingresada en estado grave en el hospital de La Paz en Madrid y evoluciona favorablemente.

La familia con la que se cebó la tragedia en la madrugada de ayer (y a la que acompañó en su desgracia otra vecina herida grave de 84 años que sigue ingresada en el Hospital Universitario Central de Asturias) llevaba más de una década en el edificio en el que Rubén Fonseca encontró la muerte. Su mujer, natural de La Felguera, también era muy conocida y querida por todos. Es a ella a quien apuntan ahora todas las miradas. "Tiene que estar destrozada", lamentan en El Berrón.

La mujer acudió al funeral acompañada de la otra hija del matrimonio. Nadie pudo olvidar durante el oficio religioso que el difunto murió con su hija en brazos tratando de escapar del fuego. Las primeras hipótesis apuntan a que el incendio (fortuito según la investigación de la Policía Científica de Gijón) se produjo como consecuencia de un cortocircuito en los contadores del inmueble, situado en la planta baja. Al parecer Rubén Fonseca se despistó por la gran cantidad de humo que había en las escaleras y quedó atrapado por la humareda.