Begoña Martínez Argüelles es médica, y ha ejercido esta profesión en todos los ámbitos de la asistencia y de la gestión. Sin embargo, "sólo empecé a aprender y a ser consciente de lo que estábamos haciendo cuando me convertí en paciente", según explicó durante su intervención en la I Jornada Asturiana de Cuidados Paliativos, celebrada ayer en Oviedo. "Es necesario incorporar la cultura del cuidado y la no curación en todas las especialidades y todos los espacios.Y reflexionar sobre lo que el paciente necesita, y no sobre lo que nosotros pensamos que necesita", explicó la médica ovetense, exgerente del área sanitaria de Avilés y actualmente especialista en Medicina Preventiva y Epidemiología del Servicio de Salud del Principado (Sespa).

En las sesiones, que tuvieron como escenario el salón de actos del Colegio de Médicos, intervino un elenco multidisciplinar de profesionales que trabajan en cuidados paliativos. Un campo en el que "queda mucho por hacer", señaló la psicóloga clínica Andrea Fernández Soneira, coordinadora del EAPS del Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Obra Social "La Caixa", con quien se abordó el epígrafe de las necesidades emocionales de los enfermos. "Nos damos cuenta de que no llegamos a muchos pacientes y familias, y de que muchas veces nos llegan tarde, en el sentido de que llevan ya un largo recorrido de sufrimiento que quizás hubiéramos podido aliviar", reconoció. Y matizó: "No me refiero a dolor físico, que también lo hay. Ni todos los que sufren tienen dolor, ni todos los que tienen dolor sufren. En ocasiones, se sufre mucho más de impotencia, de incomunicación, de soledad, de culpa, de sentimiento de pérdida de dignidad".

Tomando como punto de partida su propia batalla contra el cáncer, Begoña Martínez hizo hincapié en la dicotomía entre médico y paciente que se produce en muchas ocasiones. Mientras los especialistas "hablamos de tratamientos, de citas y de consultas", los enfermos "hablan de miedo, de frustración y de falta de comunicación, incluso nos piden un 'traductor sanitario'". A su juicio, "hace falta humanizar el cuidado y la atención, y hasta humanizarnos como sociedad". "La figura del vecino que se preocupa por ti, te hace una tortilla francesa o te compra el pan es cada vez más importante", apostilló la médica del Sespa.