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"Dije en el trabajo que estaba embarazada y no gustó", explica la presidenta de las directivas asturianas

Begoña Fernández-Costales dice que su empleo estuvo en el alero cuando quedó encinta porque tenía que viajar mucho

Begoña Fernández-Costales. J. P.

Ni siquiera el día en el que Begoña Fernández-Costales estaba a punto de tener a segundo hijo pudo librarse de atender llamadas de algunos de sus clientes. Por aquel entonces, la gijonesa, que ahora preside la Federación de Directivas y Empresarias de Asturias (Feda), trabajaba para una compañía de exportaciones y tenía que viajar de forma constante a Guinea Ecuatorial. Es el mismo trabajo que hace ahora, con la diferencia de que hace justo dos años fundó su propia compañía. "Mi puesto de trabajo se vio comprometido por el mero hecho de quedarme embarazada, independientemente de que hubiera mostrado con creces mi valía", señala. Sus obligaciones laborales la forzaban a estar casi todo el tiempo a bordo de un avión, y asegura que cuando sus jefes se enteraron de que estaba embarazada "no gustó". "Fue complicado", recuerda.

No dejó de viajar hasta que ya no pudo más. Es decir, hasta la 32.ª semana de gestación, cuando ya no se puede viajar en un avión por recomendación médica. De hecho, estuvo al límite de quedarse en tierra. Ocurrió en Guinea Ecuatorial, recuerda, cuando iba a coger un vuelo entre Bata y Malabo, adonde iba a tomar el enlace para volver a España. Estaba ya al límite de tener que dejar de volar y una azafata le dio el alto a la puerta de la aeronave. "Iba con mi certificado de los meses que llevaba embarazada para que no me pusieran problemas", rememora. Tras enseñarle los papeles la empleada de aerolínea, le dijo que la última palabra la tendría el piloto de la aeronave. "Parece que le debí de dar pena y, al final, me dejó subir", explica. Pudo volver a casa para pasar las últimas semanas de su embarazo desempeñando tareas administrativas en la oficina. Se habían acabado los viajes por un tiempo.

"Asumí el riesgo de ir a Guinea y seguir trabajando hasta el último día y viajando hasta que pude, porque no es lo mismo viajar con el riesgo de coger paludismo tú sola que hacerlo cuando estás embarazada, que no es precisamente lo más recomendable", señala. Y explica: "Yo siempre he dicho que estaba embarazada, no enferma; lamentablemente, a veces se confunden los términos y nosotras tenemos que luchar por eso. Y yo me encontraba bien, además".

En el Hospital de Cabueñes, ya a la puerta del paritorio, seguía móvil en mano. Las conversaciones con los clientes a través del teléfono móvil, relata, eran algo tal que así.

-Perdona, pero estoy en el hospital a punto de dar a luz.

-¡Felicidades! Llamaba por el negocio de Guinea Ecuatorial...

No había forma de desconectar. Al mes siguiente de dar a luz volvió a tomar un avión con destino a Guinea Ecuatorial para tratar un asunto de negocios. "Era importante", señala, y asegura que en la dirección de Feda también hay algún que otro caso similar al suyo.

La asociación empresarial no se pronuncia sobre los paros y la huelga convocada para el próximo jueves con motivo del Día Internacional de la Mujer. Según asegura Fernández-Costales darán libertad a sus afiliadas para decidir qué quieren hacer, si secundar los paros o seguir trabajando.

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