"La realidad nos demuestra cuánto trecho queda por recorrer en cuanto a la igualdad de género". Con estas palabras quiso expresar ayer el presidente del Principado, Javier Fernández, su solidaridad con las familias de las dos mujeres desaparecidas en Asturias en los últimos días, Concepción Barbeira y Lorena Torre. El presidente también tuvo palabras de apoyo para los allegados de Paz Fernández, cuyo cuerpo fue hayado con signos de violencia en el embalse de Arbón este martes. "A expensas de lo que concluya la investigación policial, de nuevo se impone el grito de dolor, esa petición rabiosa a coro que se resume en basta ya, ni una más", dijo en Infiesto durante su intervención en el acto institucional por el Día Internacional de las Mujeres.

El presidente asturiano hizo hincapié en la importancia que las instituciones tienen para "acabar para siempre con la violencia machista" a través de políticas concretas. Como ejemplo de buen hacer puso la Estrategia contra la Brecha Salarial o el Protocolo contra las Agresiones Sexuales que su equipo espera tener aprobado este primer semestre. No obstante, Fernández señaló que ninguna inclusión es fácil y que todas "han requerido lucha política, ideológica, esfuerzo y sacrificio cívico". Y es que, según su versión, el reconocimiento jurídico de la igualdad en la Constitución no es suficiente ya que no asegura la igualdad real. Como ejemplo puso el triunfo de los estereotipos patriarcales de Donald Trump frente a Hilary Clinton en Estados Unidos o los "sin casta de la India". "La ley los protege pero la realidad los agrede", dijo.

En los actos por el Día de la Mujer participó el alcalde de Piloña, el socialista Iván Allende, que criticó que ellas tengan trabajos más precarios y sueldos inferiores a los de los hombres. "Aunque desde lo público se haya hecho mucho a lo largo de estos últimos años, queda aún bastante por hacer", dijo.

Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la intervención de cinco vecinas relevantes del concejo piloñés, que compartieron sus experiencias vitales. Fueron: María de los Ángeles Blanco Junquera -que en 1970 logró que la empresa láctea para la que trabajaba en Sevares permitiera a las mujeres mantener su puesto después de casarse- y Patricia Miriam Martínez, directora de la banda Piccola Piloñesa, que con sus cánticos amenizó el evento. A estas se sumó la presidenta de la Asociación El Prial, que animó a las mujeres a tener mayor presencia en la Formación Profesional y urgió unas condiciones laborales más justas; también las representantes de la sección joven del Colectivo de Mujeres de Piloña Frida Rivera Vivero y Carlota Miranda Junco, estudiantes que denunciaron el silenciamiento de los logros que las mujeres han obtenido en campos como el científico a lo largo de la historia. "Queremos sentirnos seguras cuando vayamos solas por la calle, que se entienda que no es no, queremos más puestos de poder, tener amigos sin que nos tachen de guarras.", dijeron. Y concluyeron: "Queremos menos estereotipos, menos mutilaciones genitales, menor color rosa, menos patriarcado". Su alegato fue el más aplaudido.