"Confiamos en que aparezca, tenemos todavía un 'hilín' de esperanza; nos fiamos mucho de la labor de la Policía y poco más podemos decir". Son palabras de la madre de Lorena Torre, la gijonesa de 40 años desaparecida en la madrugada del pasado miércoles. Desde entonces ninguna noticia positiva han recibido pese a los esfuerzos por encontrarla. Ayer, incluso, más de una veintena de agentes de la Policía Nacional y Local, Bomberos y voluntarios de Protección Civil volvieron a peinar todo el litoral gijonés -en el tramo entre el Rinconín y la casa de Rosario Acuña, en la parroquia de La Providencia- por tierra, mar y desde el aire, con dos helicópteros.

Las labores de búsqueda tampoco dieron sus frutos ayer. A los efectivos policiales y voluntarios se sumó también el padre de la gijonesa, Casimiro Torre que, pese a la lluvia durante buena parte de la mañana, se mantuvo en el lugar durante varias horas, siguiendo con unos prismáticos el recorridos del helicóptero. Los familiares de Lorena Torre confían en tener noticias pronto aunque ayer destacaban que esta vecina del barrio de El Coto "era una persona muy alegre y no tenía ningún problema de ningún tipo", como relató a este medio su propia madre. "Todo es mentira lo que cuentan", añadió en referencia a la posibilidad que barajan los investigadores de que se tratase de una desaparición voluntaria.

El rastro de Lorena Torre, con trabajo y pareja, se pierde en su coche, que apareció aparcado cerca del Bellavista. Allí estaba su móvil pero pocas pistas más que puedan determinar su paradero. No obstante, los investigadores pudieron constatar que la mujer consultó en internet formas de quitarse la vida antes de desaparecer.