La Policía Nacional insistió ayer en desmontar sin ningún género de dudas la teoría de que las desapariciones de las tres asturianas, coincidentes en el tiempo, tenían conexión entre sí y estaban relacionadas con la presencia en el Principado de una banda de secuestradores o de un secuestrador que actuaba por su cuenta y sin control.

Esta tesis conspiratoria -en cualquier de las dos versiones, la individual y la colectiva- encontró amplio eco en las redes sociales, el método más rápido para divulgar noticias falsas. Paz Fernández, Concepción Barbeira y Lorena Torre desaparecieron con diferencias temporales mínimas y en distintos lugares de Asturias, lo que dio motivo a todo tipo de conjeturas. Y las conjeturas generaron alarma social que la Policía trató durante toda la semana de atajar y no siempre con éxito. Nadie puede con el Whatsapp.

Un argumento menos

El descubrimiento el pasado lunes del cuerpo sin vida de la gijonesa Paz Fernández flotando en el embalse de Arbón ha propiciado un importante avance en la busca de un desenlace para este caso con la detención ayer de una persona sospechosa, a la espera de que se concrete o no su relación con los hechos.

Aclarar los hechos que llevaron a la muerte violenta a Paz Fernández Borrego dejaría sin un argumento a la teoría de los secuestros en serie, un bulo que hizo fortuna allí donde más fácil es que se propague, y que entre otras cosas se basaba en la similitud de las edades de las tres mujeres, que se mueven en torno a los cuarenta años.

Es la edad que tiene Lorena Torre, mientras que Concepción Barbeira cumplió 46. De ellas nada se sabe a pesar de los esfuerzos por encontrarlas. Los investigadores no descartan ninguna hipótesis, pero están practicamente seguros de que las dos desapariciones aún pendientes de resolución no tienen relación entre sí, por mucho que las redes sociales quieran afirmar lo contrario.