Las calles adyacentes a la vivienda naviega del detenido Javier Ledo permanecieron cerradas a cal y canto a causa de las labores de los cuerpos de seguridad, que hicieron añicos la habitual tranquilidad de la villa. Fueron muchos los vecinos que se acercaron para curiosear, tomar fotos e informarse sobre el caso. A pesar de contar con la propiedad de este edificio, Ledo era un desconocido para el vecindario. "No lo conozco de nada, nunca lo vi por aquí", señaló un residente en la misma calle. La sorpresa fue mayúscula para muchos naviegos. "Cuando iba de camino al trabajo vi todo el despliegue. Hasta me asusté", apuntó otra vecina.