La mañana había pasado de forma tranquila frente al cuartel de la Guardia Civil de Luarca. Domingo, entrada y salida de agentes con familias, y agentes de la Policía Judicial trabajando en el interior del edificio. Allí se encontraba, con ellos y en calidad de detenido, Javier Ledo Ovide, detenido desde la mañana del viernes por el crimen de Paz Fernández. Todo apuntaba a que los investigadores ya habían terminado con su parte del trabajo, y que aguardarían a la conclusión del plazo legal de 72 horas, en la mañana de hoy, para dar el siguiente paso.

A las cuatro de la tarde, sin embargo, comenzó el movimiento. Un coche camuflado salió del interior de las dependencias del cuartel ubicado en la pequeña localidad de Almuña. En su interior, cuatro agentes custodian a Javier Ledo, sentado en el asiento del medio de la parte de atrás. La Benemérita lo había planeado todo para evitar el acoso de los medios de comunicación. Por eso utilizan otros vehículos para hacer "tapón" y evitar el seguimiento, con lo que pronto se perdió la pista del vehículo policial.

El recorrido de Javier Ledo por los escenarios del homicidio

El recorrido de Javier Ledo por los escenarios del homicidio

Javier Ledo y sus acompañantes llegaron, minutos después, a la esquina de las calles Hospital y San Francisco de Navia. Justo delante de la propiedad registrada durante horas y horas en las últimas jornadas. A diferencia de días anteriores, nadie se bajó del vehículo. Ledo no pone un pie en el suelo. Un par de maniobras y el coche serpentea por las estrechas calles del centro de Navia hasta desaparecer de la vista. Vuelta al seguimiento por carretera.

Todo hacía indicar que los agentes llevarían al sospechoso al lugar en el que se encontró el cuerpo sin vida de Paz Fernández, en el embalse de Arbón. No sólo llegaron hasta el punto exacto, sino que continuaron unos kilómetros la marcha, sin detenerse en el pantano.

Minutos después dieron media vuelta y regresaron por el mismo camino unos kilómetros, hasta el desvío de la carretera al salto de Arbón, donde viraron dirección Coaña, concejo del que es natural la familia Ledo. Allí se les perdió la pista definitivamente, aunque se manejó la posibilidad de que la comitiva haya visitado otro punto de relevancia en el caso, como es el Hospital de Jarrio, donde apareció estacionado el vehículo de la víctima. Y de ahí, presumiblemente, de nuevo a las dependencias del Instituto Armado, donde Javier Ledo pasó su última noche en los calabozos hasta que hoy pase a disposición judicial.

Este tipo de recorridos, como la reconstrucción de los hechos en el escenario del crimen, son frecuentes para esclarecer los hechos e incluso "animar" a los detenidos a "contar".