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Protagonismo, falsa colaboración y sin culpa: perfil del psicópata

El presunto homicida de Coaña quería "que la Policía le viera inocente" con el vídeo de LA NUEVA ESPAÑA, dicen los criminólogos, que ven similar la actitud de la asesina del niño Gabriel Cruz

Javier Ledo. GUSTAVO GARCÍA

La presunta asesina del niño almeriense Gabriel Cruz, Ana Julia Quezada, parece una "psicópata de libro", mientras que el asesino confeso de la muerte de la gijonesa Paz Fernández podría serlo, pero existen "más dudas". Lo afirma la criminóloga Marina Velasco Calvo, a la vista de los datos que han ido apareciendo en los medios de comunicación y con el reparo que supone no conocer las investigaciones al detalle.

Velasco observa algunas similitudes en el comportamiento de los dos detenidos: "sentimientos falsos", supuesto afán de "colaboración" para esclarecer los hechos, "excesos melodramáticos" y "ausencia de remordimiento". La criminóloga destacó que los psicópatas suelen aparecer a los ojos de los demás como personas "encantadoras, muy amables". Pero es pura superficialidad: carecen de empatía y son "incapaces de asumir la responsabilidad de sus actos", la culpa. Suelen ser "personas inteligentes" y "no son enfermos mentales", así que la psicopatía no supone un eximente y su responsabilidad penal permanece "intacta".

Con los datos que se han conocido hasta ahora, Velasco cree que el asesinato de Níjar (Almería) puede estar relacionado con "los celos" de la presunta autora, pero más que hacia el niño, hacia su madre. El pequeño era, a sus ojos, "un obstáculo", y "eliminándolo se rompería el vínculo del padre con su exmujer. Así, él sería solo para ella", aventuró Velasco. En el caso del asesinato de Coaña, la experta criminóloga admite que podría ser obra de un psicópata, pero no descarta que se haya tratado de un "crimen pasional" y que "no haya habido premeditación". A la criminóloga le faltan datos para emitir una hipótesis concreta.

"Nueva tendencia"

Velasco señaló que la aparición del presunto autor de la muerte de la gijonesa en un vídeo realizando declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, en las que intentaba zafarse de cualquier responsabilidad, es ejemplo de una "nueva tendencia" que los criminólogos observan desde hace unos años. "Todos estamos más expuestos a los medios de comunicación y a las redes sociales. El hecho de que haya casos tan mediáticos provoca que algunas personas lleguen al punto de considerar que todo es un teatro", señaló Velasco. Tanto así que hay quien no es capaz de medir "la gravedad de los hechos", porque "han perdido la escala de valores sobre lo que es más grave y lo que es menos grave". Y concluyen que saliendo en la televisión o en un vídeo "la Policía puede llegar a creer en su inocencia". Es "una herramienta de defensa", añadió la criminóloga asturiana.

Claro que también podría ser que el asesino confeso de la muerte de Paz Fernández buscara exhibirse. Lo mismo que ha hecho durante las últimas dos semanas la presunta autora del asesinato del niño de Almería. "Ella buscaba protagonismo" mediante "muestras excesivas de cariño", señaló Velasco, quien cree que la supuesta asesina podría estar "orgullosa de lo que hizo", e incluso "buscando reconocimiento". Y es que uno de los rasgos que caracterizan a los psicópatas es el "sentido grandioso de la autovalía". También "necesitan que se reconozca su inteligencia. Es la perversión absoluta", indicó Velasco, del Colegio de Criminólogos de Asturias.

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