La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las vacas lecheras asturianas superan en vida productiva al resto de las españolas

El proceso de selección llevado a cabo en las frisonas da lugar a reses con más partos y condiciones morfológicas que aumentan su resistencia

Carlos Méndez, gerente de Ascol, al lado de una frisona, en el centro de reproducción de bovino de Cenero (Gijón). MARCOS LEÓN

El siglo XXI será el de la genética y la genómica en el sector del vacuno de leche de alta gama. De hecho, ya lo es. Sin ir más lejos, las frisonas asturianas, productoras de leche, han logrado superar la media de vida útil de sus "primas" del resto de España, y ahora mismo presentan unas características morfológicas que las hacen especialmente resistentes y duraderas.

Si una vaca española registra entre dos y tres partos, una asturiana llega a cuatro y en casos cada vez menos excepcionales alcanza hasta nueve. En la base de este éxito está la larga e intensa labor de Asturiana de Control Lechero (Ascol), la cooperativa ubicada en Cenero (Gijón), a su vez integrada en la española Conafe, que vela por la genética de las reses holstein regionales y lleva a cabo el control de la calidad de la leche que se produce en el Principado. Carlos Méndez, gerente de Ascol, explica que las reses asturianas destacan en morfología, con ubres capaces de soportar una alta producción y patas libres de malformaciones.

"Nuestras explotaciones no pueden competir en volúmenes de leche, por eso potenciamos la investigación para tener vacas más longevas", explica Méndez, que a la vez que habla con LA NUEVA ESPAÑA recibe noticias de un ganadero de Quebec que acaba de tener una ternera, hija de "Emilio", uno de los mejores toros frisones del mundo, propiedad de Ascol. "El gran reto ahora es cambiar el foco hacia la resistencia a enfermedades", señala Méndez.

Compartir el artículo

stats