La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo

Fernando Fernández-Kelly: "Lo lógico sería tener una Cámara de Comercio única y potente"

"Asturias tiene un gran potencial emprendedor; ahora los jóvenes ya no sólo quieren ser funcionarios o entrar en Ensidesa"

Fernando Fernández-Kelly, en la sala de juntas de la Cámara de Comercio de Oviedo, rodeado por los retratos de anteriores presidentes de la institución. LUISMA MURIAS

Fernando Fernández-Kelly nació en 1959 en la ovetense plaza de Riego, muy cerca del edificio donde estuvo la sede histórica de la Cámara de Comercio de Oviedo, institución que ha presidido desde 2014. Consejero delegado y accionista del grupo de servicios Azvase, Fernández-Kelly no concurrirá a las elecciones para buscar un segundo mandato en los comicios que ya están en marcha en la cámara ovetense y también en las de Gijón y Avilés.

- ¿Por qué renuncia a intentar la reelección?

-Cuando me llamaron hace cuatro años la idea era que el proyecto fuera para ese plazo, y el objetivo está cumplido. Hay otra cuestión: estos puestos son preciosos, pero exigen una dedicación importante, sacrificios profesionales y familiares. Si quieres hacer las cosas muy bien y estar representando a la institución en todos los ámbitos donde debes estar, la dedicación es tremenda. Hay que ser consciente de las limitaciones de cada uno. He pasado este periodo y creo que he cumplido casi todos los objetivos que nos marcamos. Es el momento de dedicarme más a mi empresa y a mi familia y dejar paso a gente e ideas nuevas.

- ¿Ha influido que la patronal FADE respalde a otro candidato?

-En absoluto. La decisión estaba tomada antes y la comuniqué en junio del pasado año a mi círculo más íntimo. FADE y la Cámara son dos instituciones complementarias en las que se deben integrar los empresarios y que tienen funciones diferentes. La Cámara tiene una misión más institucional y de prestación de servicios, y puede que menos reivindicativa. Existe total cordialidad y colaboración.

- ¿Qué le parece la candidatura de Carlos Paniceres, la única conocida hasta ahora?

-Francamente bien. Le conozco desde hace muchísimos años. Es gran persona y gran empresario. Tiene capacidad y, como él mismo ha manifestado, le animé mucho a que se presentara.

- Usted llegó a la Cámara de Oviedo en un momento de gran dificultad económica y cambios legales que comprometían la viabilidad de estas instituciones. ¿Cuál es ahora la situación?

-Tras la ley que en 2010 suprimió las cuotas obligatorias, las cámaras españolas quedaron en cierta medida desmanteladas económicamente. La de Oviedo tenía un buen patrimonio y dinero en efectivo, una ventaja importante respecto a otras españolas, porque ha habido cámaras que han cerrado y algunas lo siguen pasando francamente mal. Así que la situación patrimonial era favorable, pero la de gestión inmediata era mala, por la desaparición de la cuota cameral. Empezamos en 2014 con unas pérdidas de más de 1,5 millones de euros que fuimos corrigiendo y a finales de 2017 conseguimos el equilibrio económico. Objetivo cumplido.

- Ha habido sacrificios, como recortes de plantilla...

-El equilibrio actual es resultado en primer lugar de la actuación de los empleados de la Cámara, que han sido superprofesionales. Se han implicado para sacar el proyecto adelante. El apoyo del comité y del pleno ha sido también muy importante. Sí, se ha reducido la plantilla, pero siempre de forma voluntaria y de común acuerdo con los trabajadores, sin conflicto.

- ¿Por qué son necesarias cámaras existiendo organizaciones sectoriales y patronales que ya representan a las empresas?

-Nuestro funcionamiento es totalmente distinto al de esas otras organizaciones. Estamos sujetos a la tutela de Administración regional, controlados por la Sindicatura de Cuentas... Somos una sociedad de carácter público que busca el interés empresarial, pero también el general de la sociedad. Estamos más dedicados a dar servicios a las empresas que otros. La ley nos encomienda actuar en cuatro temas: apoyo al emprendedor, internacionalización, formación y arbitraje.

- Cita la internacionalización. Asturias está en números récord de empresas exportadoras y de ventas al exterior. La crisis movió a muchas a salir. ¿Puede, sin embargo, producirse un repliegue ahora con la mejora de la demanda doméstica?

-Hacer clientes fuera cuesta mucho trabajo y no creo que las empresas vayan a perderlo por atender otra demanda. Todo el esfuerzo que se haga para promocionar la internacionalización es poco. En Asturias hay una singularidad: esa promoción la hace principalmente la sociedad Asturex, donde estamos integrados.

- ¿Es tan grande la distancia entre la formación y las necesidades de la empresa como se dice?

-Es una brecha histórica. Los titulados en Formación Profesional, por ejemplo, llegan normalmente a las empresas sin capacidad para adaptarse de forma rápida. Es muy importante la formación dual, y desde la Cámara la estamos promocionando, en particular en el sector del automóvil y con un porcentaje altísimo de jóvenes que se quedan trabajando en las empresas.

- ¿Tiene sentido mantener tres cámaras en una región pequeña como Asturias?

-Lo lógico sería que hubiera una Cámara única, fuerte y potente, como un solo interlocutor de cara a las empresas y a la Administración. No por simbolismos, sino por eficacia. En otras regiones se han hecho fusiones, que son muy difíciles porque se trata de instituciones centenarias cada una con sus peculiaridades, o se han creado consejos superiores de cámaras para coordinarlas, sin generar estructuras nuevas. Estuvimos estudiando las dos fórmulas y no avanzamos en ninguna, aunque hemos tratado de coordinarnos lo mejor posible. Hemos avanzado, por ejemplo, en coordinar servicios. Si damos un servicio eficaz a las empresas, lo de menos es dónde estén ubicados.

- Usted quería ir más allá...

-Era partidario más bien de una fusión. Si fuera imposible, podría caber otra alternativa, pero siempre como paso intermedio hacia la fusión.

- El Principado lo veía bien, la FADE lo respaldaba... ¿Por qué no se avanzó más?

-En 2014, todas las cámaras españolas estaban con problemas económicos. Aquí también los había, sobre todo en la de Oviedo. Pasó el tiempo y se fue alcanzando el equilibrio económico en las tres asturianas. Las necesidades te fuerzan a muchas cosas y cuando no son imperiosas parece que todo se ralentiza. Y luego está lo que llamaría, más que localismo, costumbre, la de llevar 125 años funcionando de una manera determinada que es muy difícil de cambiar. La idea de las tres cámaras era en principio llegar a una posible fusión o coordinación, a algo para funcionar de común acuerdo. Reconozco que creí que iba a ser más fácil y rápido, pero no lo fue.

- ¿Su diagnóstico sobre el pulso de la economía regional?

-Salvo el tema del AVE, los asuntos de comunicaciones están resueltos. No hay aislamiento por carretera ni por avión, aunque haya tarifas altas en algunos vuelos. Asturias tiene un potencial tremendo, entre otras cosas por esa mejora en las comunicaciones. Y el empresario asturiano está muy preparado, tiene experiencia y ha tenido que luchar mucho, en particular en estos últimos años, en los que ha salido a buscar mercado y modernizarse. ¿Qué problema podemos tener? Por ejemplo, la falta de Presupuestos públicos, algo que en una comunidad pequeña como la nuestra influye mucho. La parte empresarial y el mundo real van por una vía, y las aportaciones que puede hacer la parte política, por otra. Gobierno y oposición deberían hacer un esfuerzo para entenderse, olvidarse un poco del interés electoral y dedicarse más a lo que necesita Asturias. La parte sindical es muy profesional. Los sindicatos en Asturias son bastante coherentes y con ellos suele haber colaboración para el crecimiento empresarial.

- ¿Dónde más está el potencial de la región al que alude?

-En el espíritu emprendedor. Eso de que aquí veníamos de la gran empresa y no existía ese espíritu ha cambiado. Las encuestas entre los estudiantes muestran que se ha mejorado mucho. Antes todos querían ser funcionarios o trabajar para Hunosa y Ensidesa, ahora no es así.

- ¿Quizá se ha formado una especie de burbuja de emprendedores ante el deterioro del empleo asalariado?

-No es una burbuja, es darse cuenta de la realidad. Los jóvenes no pueden pensar sólo y siempre en tener un contrato por cuenta ajena. Habrá una parte de ellos que sí, por su forma de ser, pero también hay otra que, por capacidad de trabajo y de emprendimiento y por ilusión, quiere desarrollar sus propias ideas.

Compartir el artículo

stats