Asturias sale a las cinco y cuarto de esta tarde del tercer invierno más lluvioso desde 1981, de una estación más fría de lo considerado normal por culpa sobre todo de un mes de febrero catalogado de "extremadamente frío", y se prepara para que la entrada de la primavera suavice las temperaturas progresivamente en los próximos días y haga que la nieve se retire hacia la alta montaña. Pero, lo más importante, ¿qué tiempo hará en Asturias en Semana Santa?

El delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en el Principado, Ángel Gómez Peláez, ha confeccionado en esos términos el balance del trimestre invernal en la región, entendiendo el que va diciembre a febrero, y el pronóstico inmediato, que todavía adelanta precipitaciones para el fin de semana y una progresiva "tendencia creciente de la temperatura", pero aún un aviso amarillo por bajas temperaturas de hasta nueve grados bajo cero en el Suroccidente en la noche del miércoles al jueves.

Con las reservas a que obliga el vaticinio del muy largo plazo, la primavera estará dentro de la normalidad climatológica asturiana, ha precisado Gómez, "no da señal" de ninguna rareza, pero la madrugadora Semana Santa de los últimos días de marzo prevé con todas las reservas una temperatura más baja y un nivel de precipitación más alto de lo que es habitual para estas fechas.

Este invierno pródigo en fenómenos extremos, que ha encadenado hasta cinco borrascas profundas, que marcó hasta 23 grados de máxima en Mieres el 2 de enero y bajó la mínima hasta los 7,7 bajo cero del 28 de febrero en Pajares, no figura entre los más fríos de la serie histórica de la AEMET porque pese a la inestabilidad de febrero diciembre mantuvo las temperaturas dentro de las coordenadas habituales de la estación y enero incluso llevó las temperaturas hasta casi un grado por encima de lo normal. El episodio de doce días de "mucha nieve" sin pausas de calor por el medio registrado el mes pasado tiene a los ojos de los servicios meteorológicos la consideración de intenso y comparable a la gran nevada de febrero de 2015, pero no alcanza la categoría de excepcional.

"Ha habido seis o siete episodios de este tipo en los últimos treinta años", apunta el delegado territorial de la agencia meteorológica. En cuanto al año hidrológico, la etapa húmeda que la AEMET contabiliza de octubre a marzo, Asturias se sitúa levemente por encima de la normalidad, toda vez que el nivel de precipitación ha ido remontando a partir de un octubre de 2017 catalogado de "muy seco".