El primer cambio de hora de 2018 se producirá en la madrugada del domingo. A las dos de la madrugada serán las tres, lo que implica que este fin de semana se dormirá una hora menos. Según los expertos, esto permite conciliar la actividad diaria cotidiana con el incremento de las horas de luz, lo que traducido a cifras supone una racionalización del 5% de la factura eléctrica total del conjunto del país, que viene suponiendo un ahorro de unos 300 millones de euros.

Pero más allá de las cuantías económicas, este cambio horario también afecta al organismo, sobre todo a los más vulnerables, que son los niños y las personas mayores, que podrán sentirse más cansados de lo habitual durante varios días, especialmente a la hora de levantarse. Para mitigar estos efectos se recomienda no cambiar las costumbres diarias de manera repentina, sino ir modificando los hábitos de manera progresiva.