Con barba de varios días, pronunciando apenas un par de palabras y en todo momento con el semblante muy serio. Así compareció ayer Javier Ledo ante el juez en el Palacio de Justicia de Gijón, en la que fue su primera aparición pública desde que confesase ser el responsable del asesinato de Paz Fernández Borrego, la mujer gijonesa de 43 años hallada muerta en el embalse de Arbón el pasado 6 de marzo tras varios días desaparecida.

Javier Ledo abandonó ayer por unas horas el Centro Penitenciario de Asturias -donde se encuentra recluido de manera preventiva como acusado del crimen de Paz Fernández- para declarar en el Juzgado de lo penal número 1 de Gijón como procesado por quebrantar una orden de alejamiento de su expareja y que deriva de una condena previa por malos tratos contra ella. Lo hizo esposado y custodiado por tres agentes de la Policía Nacional durante su estancia en la sala de vistas. Allí reconoció los cargos que le atribuía la Fiscalía -nadie ejerció la acusación particular- y aceptó una pena privativa de libertad de nueve meses.

Los hechos que ayer le llevaron ante el juez derivan de una condena por un delito de violencia de género emitida en mayo del año pasado también por un Juzgado gijonés. Un fallo que le impuso la pena de dos años de alejamiento y la prohibición de comunicarse con su expareja por cualquier medio, a contar desde el 27 de junio de 2017. Javier Ledo, según asumió ayer, violó esta orden de alejamiento en plena festividad de Navidad, el 25 de diciembre, al enviar a su expareja reiterados mensajes de Whatsapp desde su móvil. Incluso llegó a acercarse al domicilio de ella, entrar al portal y hasta se atrevió a llamar a la puerta de su casa.

En los últimos días, Javier Ledo ha tenido contacto con su abogado defensor en este procedimiento, del turno de oficio, y que el viernes fue a visitarle hasta el centro penitenciario. "Está lógicamente preocupado por el tema de Paz Fernández", aseguró el letrado gijonés Alejandro Loché, que tras su contacto con el reo le definió como una persona "en cierta manera normal". Loché logró ayer que la fiscal rebajase su petición inicial de un año de cárcel a los nueves meses que Ledo aceptó.

Causas pendientes

Pero esta causa no es la única que tiene pendiente Javier Ledo, al margen de la instrucción de la muerte de Paz Fernández. El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gijón está instruyendo diligencias previas por otra denuncia de su exmujer por el mismo delito, de quebrantamiento. Es más, según su historial parece que Javier Ledo es un habitual de los Juzgados. Además de sumar varios delitos relacionados con la alcoholemia fue condenado en abril de 2007 por un delito de lesiones en el ámbito familiar. En aquella ocasión, el Juzgado de lo penal número 3 de Gijón le impuso seis meses de cárcel a sustituir por trabajos en beneficio de la comunidad. Apenas unos días después ya fue condenado también por quebrantar otra orden de alejamiento de otra expareja y nuevamente sustituyó la pena de prisión, entonces fue de cuatro meses, por trabajos en beneficio de la comunidad.