El químico Amador Menéndez anunció al público un "viaje científico-tecnológico desde la Tierra hasta Marte". Y la realidad le dio la razón. Los asistentes a la conferencia que ayer se celebró en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA fueron partícipes de una apasionante expedición que les llevó a algunos de los lugares más recónditos del planeta que el hombre anhela conquistar, y que, por el momento, parece ofrecer tantas promesas como incógnitas. "El ser humano se encuentra en un momento crucial de la investigación espacial", subrayó Jesús Martínez Frías, jefe del Grupo de Investigación del CSIC de Meteoritos y Geociencias Planetarias, quien ejerció de guía de la expedición interplanetaria en un salón lleno y ante unos oyentes que mostraron, una vez más, que la ciencia expuesta en un ámbito adecuado y con capacidad divulgativa tiene tirón y alimenta la curiosidad por lo desconocido.

"Jesús Martínez Frías es uno de los héroes de la conquista pacífica del espacio", destacó Amador Menéndez en su presentación del ponente, quien habló de algunos avances del conocimiento en los que ha tenido un protagonismo directo. Su charla llevaba por título "Marte: claves de habitabilidad y búsqueda de vida", y se enmarcó en la III Semana de la Ciencia que organiza LA NUEVA ESPAÑA y se desarrolla en salón de actos de la sede ovetense de este periódico.

"La Tierra es un laboratorio natural para explorar Marte y otros sistemas solares", aseveró el ponente, quien agregó: "Poco a poco, vamos siendo más atrevidos. Somos la generación del espacio, somos pioneros, pienso que veremos la llegada del ser humano a Marte".

Si en la charla de anteayer, lunes, Rosa Menéndez, presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), había expuesto una panorámica general de la necesidad de impulsar la investigación científica y tecnológica, ayer Martínez Frías se zambulló en una faceta muy concreta de la actividad investigadora. A sus conocimientos de geólogo suma su condición de instructor de astronautas, entre ellos del español Pedro Duque, uno de los ponentes de la pasada edición de la Semana de la Ciencia de este periódico.

Martínez Frías es doctor en Ciencias Geológicas por la Universidad Complutense de Madrid. Completó su formación en Inglaterra, Alemania, Canadá y Estados Unidos. Experto en meteoritos, geología planetaria y astrobiología, es una de las voces más autorizadas para realizar aseveraciones como ésta: "Marte tiene una gran complejidad geológica, una gran geodiversidad, y eso nos hace ser optimistas sobre la posibilidad de que haya habido vida en el pasado".

El conferenciante ha sido miembro de los equipos científicos de varias misiones de la NASA y de la Agencia Espacial Europea (ESA), y colaborador del proyecto de la Estación Espacial Internacional. En su intervención, señaló que la actual es "la generación del espacio, pero realmente estamos sólo sacando la cabeza del huevo, considerando la inmensidad del Universo y los millones y millones de planetas por explorar". Martínez Frías aludió a la necesidad de ejercer la responsabilidad a la hora de "explorar otros mundos y de hacerlo intentando evitar los errores del pasado al explorar otros lugares y entornos distintos del nuestro". Esta cautela guarda relación con experiencias pretéritas, dado que "en cuanto el ser humano se traslada a otro sitio, con él se traslada todo lo bueno y todo lo malo".

La conquista del espacio es una tarea hercúlea, indicó Martínez Frías. Para hacerse una idea de las dimensiones del reto, el geólogo proyectó una fotografía tomada por el telescopio espacial Hubble: "Podemos ver diez mil galaxias", indicó. Son cifras que, junto a consideraciones de otra índole, llevan al científico a salir al paso de cualquier vestigio de euforia: "Tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones".

A Jesús Martínez Frías "le gusta mirar a las estrellas y a otros planetas", había apuntado en su presentación Amador Menéndez, coordinador científico de la Semana de la Ciencia. En esas incursiones en el exterior, el geólogo del CSIC ha constatado que "Marte es una sorpresa científica continua en cuanto a su pasada geodiversidad y la cantidad de evidencias de paleoambientes acuosos que nos encontramos". "Obviamente, sería un hecho único y extraordinario que pudiera detectarse algún biomarcador", señaló.

Para investigar lo que es Marte y lo que podemos encontrarnos en el "planeta rojo", se da una circunstancia muy favorable: vivimos en el planeta Tierra, que "está sirviéndonos como modelo". Según Martínez Frías, la Tierra es "un planeta único", no sólo por la existencia de vida sino por la ingente variedad de ambientes pasados y presentes, generados tras 4.500 millones de años de evolución. Esta "vitalidad geológica" se manifiesta en una geodinámica interna y externa. Y, en este contexto, España ofrece varias zonas que presentan un gran interés astrobiológico: Río Tinto, en Huelva; el sistema hidrotermal-evaporítico del Jaroso-Sorbas-Cabo de Gata; las mineralizaciones relacionadas con emisiones de metano del golfo de Cádiz; y el archipiélago de las Islas Canarias.

Esta rica variedad geológica que caracteriza a España compensa el déficit de recursos para investigar. "Es la geología del pobre", destacó el ponente. Asimismo, hizo hincapié en que "las zonas mineras, también las de Asturias, son interesantísimas por su alta geodiversidad, y puede permitir una cierta reconversión científica que se convierta en una opción de futuro".

Jesús Martínez Frías dedicó un apartado a la astrobiología, disciplina que "no tiene como objetivo fundamental la búsqueda de vida, ése es un objetivo táctico, sino intentar comprender qué es la vida en el marco del Universo". Un reto tan ambicioso "exige un enfoque transversal, por eso la multidisplinariedad es fundamental". La astrobiología abarca un elenco de investigaciones muy amplio, que va "desde los microorganismos hasta los seres humanos".

Los investigadores del espacio están constatando que la existencia de vida en otros planetas exige que "ese planeta tenga una geología activa, que esté vivo desde el punto de vista geológico". La Tierra -ya se ha dicho- es un planeta de geología singularmente muy activa. En cambio, Marte "ha pasado de tener vitalidad geológica a una situación mucho más inerte en la actualidad". El científico del CSIC hizo hincapié en que "una cosa es la habitabilidad y otra haber tenido vida". La existencia de vida -al menos, de la vida que conocemos en la Tierra- "requiere dos elementos fundamentales: agua líquida y la química del carbono".

En las indagaciones sobre Marte, Jesús Martínez Frías citó cuatro fuentes de información: los meteoritos, las misiones, las cámaras planetarias (en las que se simulan las condiciones del planeta rojo) y los análogos de Marte (zonas de la Tierra en las que también pueden hacerse simulaciones y pruebas de modelos científicos).

El ponente expuso algunos rasgos del programa "Pangea", dirigido a la instrucción geológica y astrobiológica de astronautas de la ESA. "Ha sido una experiencia extraordinaria. Si los astronautas han aprendido de los científicos, nosotros hemos aprendido también de ellos en cuanto a operatividad, eficiencia y eficacia", enfatizó Martínez Frías. Y los asistentes a la charla, y los que pudieron seguirla a través de la web de LA NUEVA ESPAÑA, terminaron la conferencia con la convicción de haber aprendido, de haber explorado un territorio nuevo y excitante. Susana Fernández, una geóloga que formaba parte del público, se dirigió a Martínez Frías en el apartado final de preguntas e intervenciones: "Gracias por haber llevado la geología a la última frontera del conocimiento".