La tripulación del barco de la ONG Open Arms continúa retenido en el puerto de Pozzallo, en la provincia siciliana de Ragusa. Ayer, los tripulantes colgaron una foto en Facebook en la que reclaman la liberación del buque con una pancarta en la que se señala: "El rescate marítimo no es un delito". Entre ellos se encuentra la ovetense Anabel Montes Mier, cuyo teléfono móvil, al igual que el del capitán del buque, Marc Reig, sigue retenido por la justicia italiana, que investiga si a través de ellos ha habido contatcos con las mafias de la inmigración.

El barco fue retenido cuando arribó a las costas italianas con un total de 218 inmigrantes que había sido rescatados a 73 millas de las costas libias el jueves de la semana pasada. Guardacostas libios exigieron la entrega de los inmigrantes y amenazaron con disparar a matar al barco, como indicó la propia Anabel Montes, jefa de operaciones de Open Arms. El buque hizo caso omiso y se dirigió al norte. Los guardacostas italianos indicaron que la operación de rescate estaba coordinada por los libios, algo insólito, según Open Arms, ya que nunca se había producido desde que el barco lleva en la zona, un año.

Las autoridades italianas acusan al barco de no haberse dirigido a aguas maltesas, que estaban más cerca de la zona del rescate. Nada más arribar a Italia, se abrió una investigación contra el capitán del barco y la jefa de operaciones por organización criminal, fomento de la inmigración ilegal y desoír los acuerdos internacionales. El fiscal de Catania, que se ha hecho cargo del caso, ya ha señalado en alguna ocasión que sospecha que las organizaciones no gubernamentales embarcadas en el rescate de inmigrantes están conchabadas con las mafias, de las que han llegado a recibir financiación, extremo que niega la ONG, que justifica no haber hecho caso a los libios para evitar una devolución en caliente.