Gabino de Lorenzo dimitió ayer como delegado del Gobierno en Asturias y puso fin a una etapa después de 30 años dedicado a la política. Lo hizo fiel a su estilo. Por sorpresa, trasladando a los medios de comunicación poco antes de las once de la noche la carta que había enviado horas antes al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunciándole su retirada. En ella alegaba una única razón: "Setenta y cinco años es una buena edad para la jubilación". La noticia causó sorpresa incluso entre los afines de su partido, aunque otras fuentes del PP indicaron que De Lorenzo era conocedor de su cese inminente y que prefirió anticiparse y dimitir. No obstante, la presidenta del partido en Asturias, Mercedes Fernández, se remitió anoche a la carta de dimisión de Gabino de Lorenzo y eludió hacer más comentarios.

El nombramiento de De Lorenzo como delegado del Gobierno en Asturias en enero de 2012 no fue una sorpresa para nadie. Era casi un secreto a voces teniendo en cuenta su trayectoria como Alcalde de Oviedo durante 21 años. Más tensa fue la espera para anunciar su continuidad, al coincidir con los 315 días del Ejecutivo en funciones de Rajoy. Él expresaba tanto en público como en privado que quería continuar y no ocultó su satisfacción al conocer que seguiría en el cargo. Fuentes del PP regional indicaron, sin embargo, que el partido en Asturias había solicitado ya hace meses su relevo, y que las relaciones con el hasta ayer delegado del Gobierno no pasaban por su mejor momento.

De alguna forma, era casi vox populi que Gabino de Lorenzo no acabaría la legislatura. Él mismo, tanto en público como en privado, había admitido entre sus allegados que tenía ganas de descansar, y que la edad le pesaba.

El ya exdelegado indicó en su carta de renuncia que ya había cumplido los 75 años hace unos días (concretamente el 14 de febrero), y dio las gracias al Presidente del Gobierno por haberle dado "la oportunidad de haber servido a mi país", lo que aseguró "ha sido una gran experiencia".

A pesar de la sorpresa de su dimisión, al filo de la medianoche, la noticia corrió como la pólvora. Eran muchos los teléfonos que comunicaban aún a medianoche entre miembros de la cúpula del partido y también militantes de base. Según coincidieron en señalar varios, no se había escuchado ni un solo comentario sobre la posible salida en estos momentos del delegado del Gobierno, aunque en algunos círculos sí se sospechaba.

Tras la sorpresa inicial y las múltiples razones que unos y otros barajaban como posible causa de la sorpresiva dimisión de De Lorenzo, comenzaron las quinielas sobre quién podrá ser su sucesor y cuánto tiempo tardaría el Gobierno de Rajoy en nombrarlo, aunque muchos coinciden en que podría ser incluso inminente.

Entre los candidatos, a última hora de ayer ya se manejaban varios nombres, como el del presidente del PP de Gijón, Mariano Marín -según algunas fuentes, con muchas posibilidades-; la exsenadora Dorinda García; y los veteranos diputados regionales Ramón García Cañal y José Agustín Cuervas-Mons. Pero todo eran meras conjeturas.