Los aparatos de tamaño minúsculo han invadido nuestras vidas. Y una de sus aplicaciones, la nanomedicina, "es una de las ramas de mayor proyección", subrayó ayer Laura Lechuga, jefa del Grupo de Nanobiosensores y Aplicaciones Bioanalíticas en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología, de Barcelona. Los "espectaculares avances" en este campo "están permitiendo alcanzar diagnósticos de mayor precisión, lo que ayudará a definir terapias totalmente personalizadas", señaló la experta en el transcurso de una conferencia pronunciada en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. La charla se enmarcaba en la III Semana de la Ciencia, organizada por este periódico, que concluye hoy con la intervención del paleontólogo José Luis Sanz, quien disertará sobre los dinosaurios.

Una investigación en la que trabaja la profesora Lechuga constituye un ejemplo ilustrativo de las promesas que encierra la nanomedicina: un biosensor que, con una simple gota de sangre, permitirá detectar el cáncer de colon "sin necesidad de someterse a una colonoscopia" y con "varios años" -en torno a cuatro- de antelación con respecto a la actualidad, debido a que detecta la reacción inmunológica que este tipo de tumor suscita desde su mismo inicio. "Quizá esto no guste mucho a los que realizan colonoscopias, que cuestan unos 500 euros cada una, pero en un futuro próximo será una realidad", aseveró.

Laura Lechuga Gómez (Sevilla, 1962) estudió Química en la Universidad de Cádiz y se doctoró por la Complutense de Madrid en 1992. Es profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su actividad se centra en el nanodiagnóstico y la fotónica de silicio, con el desarrollo tecnológico de biosensores nanofotónicos y su integración en plataformas portátiles, así como su aplicación en el diagnóstico clínico y medioambiental descentralizado.

Agustín Costa, catedrático de Química Analítica de la Universidad de Oviedo, y también experto en el desarrollo de biosensores con aplicaciones médicas, fue el encargado de presentar a la ponente. Hizo hincapié en que la profesora sevillana "ha impulsado varias empresas de base tecnológica", una contribución que "además de generar ciencia, genera empleo y riqueza". En 2014, la ponente fue nombrada miembro distinguido de la Sociedad Internacional de Óptica (OSA).

"Nanomedicina: hacia el diagnóstico de precisión y la medicina personalizada" es el título de la charla de Laura Lechuga. Una de las ideas en las que hizo hincapié es que diagnosticar las enfermedades con mayor precocidad es clave. Esa relevancia se observa en su investigación acerca del cáncer de colon. La profesora Lechuga destacó las ventajas de detectar el tumor en una fase tan temprana que sólo exija unas dosis de tratamiento muy reducidas, lo que se traduce en efectos secundarios mucho menores.

En esta misma línea, en su exposición hizo alusión a los avances de la nanoterapia, que entre otras posibilidades permite la liberación controlada de fármacos. Se basa en un nanosistema que consiste en encapsular el medicamento, protegerlo para que llegue íntegramente al área del organismo en la que debe actuar, y dotarlo de inteligencia para que descargue su efecto sobre la zona enferma sin dañar los tejidos sanos adyacentes.

"Son sistemas inteligentes para dosificar fármacos" resumió la investigadora. La enorme variedad de nanosistemas en los que se está investigando en todo el mundo se traducen, en definitiva, en "una mayor tolerancia a los tratamientos y menos efectos secundarios".

A juicio de Laura Lechuga, el futuro del diagnóstico de enfermedades -rápido, preciso, mínimamente invasivo y portátil- se configura como un área clave de la nanomedicina. "El diagnóstico es siempre el primer paso en medicina e imprescindible para el seguimiento de una terapia", indicó. ¿Qué pueden aportar las nuevas técnicas de nanodiagnóstico? "Un análisis más rápido, preciso y fiable con una mínima cantidad de muestra del paciente, idealmente una gota, en estados precoces de desarrollo de la enfermedad, con un claro impacto social y económico".

Laura Lechuga dedicó un epígrafe de su conferencia a los progresos que la nanomedicina está propiciando en el campo de la medicina regenerativa. Habló de un futuro con recambios de tejidos o de órganos. También mencionó el diseño de impresoras en 3D que trabajan en la creación de riñones humanos a medida. Incluso de la consecución de una réplica, también en tres dimensiones, de la oreja de Van Gogh generada a partir del tejido de un descendiente del hermano del célebre pintor holandés. Réplica, subrayó la profesora Lechuga, que "puede incluso 'oír', pues recoge los sonidos con un micrófono y un software que simula los nervios auditivos".

Los dispositivos de pequeño tamaño para medir el nivel de glucosa en la sangre constituyen una aplicación bien conocida. La ponente aludió a una investigación para el diagnóstico de la diabetes basado en nanolentillas en la que los científicos de Google trabajan desde hace años; pretenden que al contacto con la lágrima sea posible medir la concentración de glucosa "en tiempo real". Este proyecto aún no ha cristalizado, debido a una de esas dificultades tan clásicas de los organismos vivos: "En ocasiones, el nivel de glucosa en la lágrima no se correlaciona con el de la sangre".

Otro ejemplo citado por la investigadora del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología se refiere a los nuevos sistemas para medir la presencia de gluten en enfermos celiacos, a partir de unas gotas de orina. Otro, a los populares tests de embarazo. "En realidad, seguimos sin tener muchos de estos dispositivos, pero numerosos científicos estamos trabajando para que dentro de nada los tengamos en casa y podamos analizar enfermedades crónicas y nuevas enfermedades de manera mucho rápida", afirmó Laura Lechuga.

Como corolario, la química sevillana sentenció: "La nanomedicina es una oportunidad única para llegar a la medicina del futuro: personalizada, no invasiva, rápida, con actuación inmediata sin efectos secundarios y mediante control remoto".

La semana de la ciencia continuará hoy viernes con la charla del catedrático de Peleontología de la Universidad Autónoma de Madrid José Luis Sanz, que pondrá fin a las conferencias de este año con una charla dedicada a los dinosaurios voladores.