Sea porque la película "Parque jurásico" inyectó el virus del interés por la materia, sea porque alude a leyendas ancestrales en las que realidad se funde con la fantasía, lo cierto es que cualquier disertación pública sobre los dinosaurios genera una gran expectación. Con el valor añadido de que esta temática atrae a mucha gente joven, como ayer quedó de manifiesto en la conferencia que el paleontólogo José Luis Sanz pronunció en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

El profesor Sanz inició su intervención con fuerza, lanzando lo que denominó tres "pedradas" en forma de principios generales que luego se dedicó a argumentar. Primera: "Las aves son dinosaurios". Segunda: "El vuelo primitivo surgió hace 150 millones de años". Tercera: "El vuelo moderno apareció hace 125 millones de años". Y la concluyó con una sabrosa hipótesis que seguramente requerirá muchos más años de investigaciones, pero dotada de una sugestividad máxima: "El éxito evolutivo de los dinosaurios actuales, que son las aves, radica en que son muy listas". Una sentencia que completó con una apostilla quizá no exenta de cierta ironía: "Los mamíferos siempre hemos pensado que somos los más listos de la creación, pero a lo mejor no es verdad".

José Luis Sanz García (Soria, 1948), catedrático de Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid, clausuró la III Semana de la Ciencia de LA NUEVA ESPAÑA con la conferencia titulada "Cuando los dinosaurios comenzaron a volar". El acto fue organizado en colaboración con la Facultad de Química de la Universidad de Oviedo y la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. El salón se llenó de público, y muchas otras personas pudieron seguir en directo la exposición del profesor Sanz a través de la página web del periódico.

A lo largo de esta semana, más de mil personas han asistido en el Club Prensa Asturiana a las cinco ponencias, que abordaron asuntos tan variados como la utilidad de la actividad científica y tecnológica, la conquista de Marte, los nuevos dispositivos digitales para cuidar la salud y las aplicaciones presentes y futuras de la nanomedicina.

Sanz García fue presentado por Susana Fernández González, decana de la Facultad de Química de Oviedo, quien destacó la nutrida presencia de niños y jóvenes entre el público. Del perfil profesional del ponente, puso de relieve una autodefinición de Sanz García: "Un dinomaníaco absoluto y total". Y como nota adicional, "un gran divulgador científico".

Para empezar, un breve panorama de conjunto que puede pone en situación al lector no experto. Las aves constituyen en la actualidad el grupo de vertebrados terrestre con un mayor número de especies: unas 10.000, aproximadamente el doble que los mamíferos. "Esta gran diversidad se explica habitualmente por el gran éxito evolutivo que supuso la adquisición del vuelo, que apareció, como mínimo, hace unos 150 millones de años, en el Jurásico Superior", indicó Sanz García. Los antecesores de las aves fueron pequeños dinosaurios terópodos (bípedos carnívoros) dotados de plumas y otros rasgos que siempre se han considerado avianos. "El escenario evolutivo en el que apareció el vuelo sigue siendo muy debatido, con multitud de hipótesis alternativas o complementarias", precisó el ponente.

Como se indicó con anterioridad, los especialistas establecen una cierta fecha de referencia en el Cretácico Inferior, hace unos 125 millones de años. Para ese momento, "las aves ya habían adquirido muchos de los rasgos del aparato volador de las formas actuales (neornitas)", precisó el catedrático soriano. Estas características permitieron, en pocos millones de años, desarrollar un vuelo batido efectivo, con recursos adecuados para su control y diversos tipos en la geometría de las alas y su tamaño, que se corresponden con diversas opciones en la forma de vida de las aves contemporáneas.

Una de las grandes cuestiones de este proceso evolutivo se centra en determinar las claves de la transición del vuelo planeador al vuelo activo. "Es un paso muy complicado", subrayó José Luis Sanz.

"Las aves son dinosaurios especializados en volar", indicó el ponente, quien agregó que esta aseveración queda plasmada en tres aspectos: esqueletos; escamas y plumas; y patrones de conducta. Sobre las semejanzas esqueléticas entre los dinosaurios y las aves actuales, señaló que unos y otros son tridáctilos (tres dedos en los pies) y bípedos.

En la comparativa de tegumentos (producciones de la piel), señaló que "las plumas primitivas son simples pelos". Aquí reside otro de esos cuasi milagros de la Naturaleza: "Las aves han generado estructuras muy complicadas, que son las plumas, con claras razones evolutivas: para poder volar", afirmó el ponente. A medida que se avanza en las escala evolutiva, se progresa hacia plumas más complejas hasta llegar a las actuales. ¿Conclusión? Según el catedrático de la Autónoma de Madrid, que "las plumas son anteriores al vuelo, e incluso anteriores a las propias aves", una premisa que "ha revolucionado los conocimientos de paleontología".

Acerca de los patrones de comportamiento transmitidos de dinosaurios a aves, José Luis Sanz citó el hallazgo de esqueletos completos de dinosaurio en actitud durmiente o la costumbre de empollar las puestas de huevos. "No sabemos por qué, pero el patrón de comportamiento de sentarse encima del nido es idéntico", aseveró.

En definitiva, "la mayor parte de los dinosaurios conocidos ya no existen", y las aves que hoy surcan los cielos "son los únicos dinosaurios que existen todavía", puntualizó Sanz García. De lo que se deduce que la extinción acontecida hace unos 66 millones de años "acabó con todos los dinosaurios, salvo con las aves".

Otra afirmación medular: "Ni siquiera los aviones son capaces de generar un vuelo tan eficaz como el de las aves". La utilización de los recursos de vuelo no es igual en ambos casos. Los seres humanos siempre hemos deseado volar, señaló Sanz. Sin embargo, "nunca hemos entendido por qué las aves volaban, hasta que llegó el primer genio absoluto de la humanidad, ese genio indiscutido que es Leonardo Da Vinci. Yo establecería en 1505 el nacimiento oficial de la aerodinámica", enfatizó. "Para volar, es necesario tener un perfil aerodinámico, sobre todo en las alas", indicó el ponente.

Nicolás Menéndez, uno de los niños que asistió al acto, preguntó a Sanz si sería posible clonar dinosaurios. Respuesta: "No, por lo menos por lo que sabemos hasta ahora. El problema es encontrar ADN de dinosaurio. Han pasado 66 millones de años, y eso es demasiado tiempo para las biomoléculas". Un joven se interesó por el modo de estudiar paleontología: "No existe un grado. Puedes acercarte de dos formas: desde el grado de Geología o desde el de Biología".

Hubo un buen puñado de preguntas más a José Luis Sanz. "Has levantado pasiones", dijo la decanta de Química al conferenciante. Seguramente no se equivocaba.