Gabino de Lorenzo pensó primero en Las Caldas como eubicación del hípico municipal pero la negativa de los vecinos de la zona obligó a buscar otro emplazamiento. Los terrenos municipales del Molinón, en el límite con Llanera, permitían un proyecto que acabó siendo mucho más ambicioso del previsto inicialmente. Con el paso del tiempo, el complejo ecuestre que nació con la pretensión de ser "el Jerez del norte de España" se ha demostrado una apuesta fallida. Los concursos dejaron de celebrarse y no hay ni caballos. Reconversión a la vista.