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JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ MONTOTO | Delegado del Arzobispo para la atención a los sacerdotes y director de la Casa Sacerdotal de Oviedo

"El proyecto de la Iglesia asturiana es unir parroquias, que los curas trabajen en equipo"

"Dios es irrelevante en la cultura actual, quien decide apostar por él o es un quijote o es un santo" "El seminarista adulto sabe a lo que viene pero no se deja moldear"

José Antonio González Montoto. MIKI LÓPEZ

José Antonio González Montoto (Prado, Caravia, 1940) habla con claridad de su vida, de los cambios sociales, de la ausencia de sacerdotes en Asturias. Tras dejar San Nicolás de Bari recorrió toda Asturias. Ha trabajado mano a mano junto a cuatro obispos, ha dirigido el Seminario y ahora dice que es feliz ayudando a sus compañeros en la Casa Sacerdotal, donde continúa hoy dictando sus memorias.

Gabino Díaz Merchán. "Gabino Díaz Merchán, que vive aquí, en la Casa Sacerdotal, ahora está bajo mis órdenes, lo que son las cosas. Fue el encargado de dirigir la llegada del Concilio Vaticano II a Asturias. Cuando llegó al Principado hizo su consejo presbiteral. Se encontró rodeado de curas mayores, así que decidió él a dedo, llamar a cuatro jóvenes. Uno fui yo. Y en la primera reunión me hicieron secretario general. Más o menos, su mano derecha. El obispo referente para mí es don Gabino. Yo le digo: 'Usted para mí es un padre'. Y él responde: 'Y tú un hijo'". Nada más que le eligieron presidente de la Conferencia Episcopal, que eso fue el mismo día del tejerazo, fue una representación del PCE a verle. Les dijo: 'No queremos apoyar en concreto ningún partido, es responsabilidad suya que no meternos en brazos de la derechona. Vamos a dialogar'. La posición contraria de don Gabino con respecto a las leyes educativas de los socialistas no tuvo repercusión en Asturias. Bueno, aquí había un sector que era contrario a él, pero su pastoreo fue reconocido y una credibilidad muy grande. Y respecto a los obispos hay que recordar que entonces no todos estaban bendiciendo al PP, a veces eran mucho peor con nosotros que los socialistas. La posición de don Gabino era absolutamente independiente.

Profesor. "El trabajo en el consejo presbiteral me exigía mucho y en 1972 fui consiliario de la Juventud Estudiante Católica (JEC) en Oviedo. Antes que eso daba clase de Religión en Maestría: a chavales y a paisanos mayores. Siempre recuerdo a un chaval de catorce años que respondió de manera muy singular a una encuesta que hice. Pregunté qué era Jesucristo y él respondió: "El todo y el para qué de la persona". Un chaval de 14 años: me dejó flipado. Bueno, estaba en el Seminario, que era donde trabajaba, cuando el Rector me pidió de un grupo singular. Me presenté ante ellos: 'El Rector me ha dicho que voy a ser vuestro formador'. Ellos me respondieron: 'Tenemos que estudiarlo. A la cena te damos la respuesta'. Llego a cenar y me dan un aplauso y me dicen: 'Has sido elegido formador nuestro por tantos votos a favor, tantos en contra y tantas abstenciones'. Era un curso difícil, muy críticos. Fuimos a ejercicios a Santo Toribio de Liébana. No le valía cualquier cura: todo lo que tenía autoridad debía ser sometido al escrutinio. Los curas que les ofrecía para directores no les valían. 'Sugerirme vosotros alguno', propuse. 'Ángel, Ángel García'. Le llamé: '¿Quieres venir a los ejercicios?' 'Pues sí'. Tardó dos días en llegar. Venía parándose en distintas casas que tiene por España. El padre Ángel. Les dije que iba a tardar dos días: 'Soy cura también, tendremos que empezar a hacer algo. ¿Qué os parece la liberación?' Y salta uno: 'Ya está todo preparado aquí'. Mayo de 1968 estaba cerca: cualquier cosa que ofrecieses enseguida era sometido a la crítica. Estuve con ellos seis cursos: como educador de los filósofos, el que les acompañaba espiritualmente. No todos los curas tienen vocación de enseñar, pero un cura que sabe el encargo que Dios le hace de ser educador en la fe, cultiva también su dimensión educativa. Hay que saber escuchar a la gente y acompañarla para ayudarles a crecer".

Vicario de Oriente. "Estuve seis años de educador, hasta 1978, que fue cuando me enviaron a Roma a estudiar Teología en la Gregoriana y en el Instituto Oriental. Vine para acá, empecé la tesis, pero no la terminé: una de mis cuñadas se puso enferma y pensé que era mejor estar en casa. Nada más venir, me hicieron Vicario de la parte del Oriente. Allí estuve de 1983 a 1991. No tenía parroquia: los cinco vicarios estábamos liberados. Entonces tenía en Cangas de Onís y, como tenía que dar clase en el Seminario, combinaba Cangas de Onís con o Oviedo. Lo que tenía que hacer era animar la pastoral, reunirme con ellos. Había setenta entonces.

Rector. "Me llamó don Gabino. Me dijo que el anterior Rector del Seminario estaba malo y que yo tenía que ocupar su plaza. ''Tengo un carácter muy fuerte y pueden saltar chispas', le respondí. Viví muy tenso como Rector: me cayó el pelo, me salió un mechón blanco y me dijo que estaba 'estresado'. No paraba: era Rector, era administrador. 'Eso me hizo sufrir bastante'. En mi época se ordenaron doce curas, pero fue cuando empezó a bajar el número de seminaristas."

Faltas de vocación. "¿Por qué no hay seminaristas? Primero porque en Asturias no hay críos. El Principado es la región de Europa con el índice más bajo de nacimientos. Dios es irrelevante en la cultura actual, así que quien decide apostar por Él o es un quijote o es un santo. Eso explica la caída de seminaristas en edad escolar. El adulto tiene una ventaja y un inconveniente: sabe a lo que viene pero no se dejan moldear."

La Iglesia del futuro. "Cuando vino don Carlos Osoro le dije que tenía a mis padres muy mayores -mi madre murió con 98- y que tenía que cuidarles. Ellos vivían en Piedras Blancas y después, en Avilés. Me hizo vicario del Norte. Desde 2002 y 2009. En 2010 cumplí los setenta y me jubilé como profesor. Se marchó Juan José Tuñón, el de Naveces, para Covadonga y allí fui yo a sustituirle. Se murió don Norberto en Illas y allí fui también. Estuve también un tiempo en La Luz. Cura comodín. Tras la marcha de don Carlos, don Ángel Fernández solicitó un cura para Sabugo y en el consejo episcopal me propusieron a mí. Estuve allí desde 2009 a 2017, como párroco moderador. Hay que trabajar en equipo. Los diáconos y algunas religiosas ahora atienden los oficios. Es una forma adecuada de atender a todo el mundo. Si no hay curas, ¿qué se hace? Celebraciones en espera del sacerdote, hay algunos que tienen veintitantas parroquias, es decir, que no pueden decir veintitantas misas un mismo domingo. El proyecto de la Iglesia asturiana es unir parroquias, que los sacerdotes se acostumbren a trabajar en equipo. Este es el futuro inmediato, aunque todavía hay algunas resistencias.

Jubilación. Ahora tengo dos cargos. El más importante no es dirigir la Casa Sacerdotal, donde vivimos unos cincuenta, el más importante es ser el delegado de Arzobispo para la atención de los curas. Siempre digo lo mismo a l agente: me jubilaré medio segundo después de morirme.

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