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Sanidad recurre a los centros de salud mental para agilizar la atención neurológica a los niños

Los padres de pacientes que acuden al neuropediatra denuncian esperas de "año y medio o dos años" para una revisión

Sabrina Fernández, a la izquierda, y Eva Brandi, en Oviedo. LUISMA MURIAS

Los padres de los pequeños pacientes han denunciado esperas de ocho meses para una primera consulta, y de año y medio, o incluso de dos años, para una revisión. Ésta es la situación que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) se ha comprometido a corregir, y para ello ha solicitado a las familias de niños con trastornos neurológicos un plazo que va hasta el próximo mes de septiembre. En estos seis próximos meses, la Administración prevé implantar, entre otras medidas, "un circuito de asistencia" a los pacientes con trastornos del espectro autista y alteraciones de la conducta -incluyendo hiperactividad- que establezca que los pediatras de atención primaria, si necesitan derivar a estos pacientes, "lo hagan a los centros de salud mental infantil".

Una representación de padres de niños con patologías neurológicas mantuvo el pasado día 15 una reunión con el gerente del Sespa, José Ramón Riera, y con el responsable del área sanitaria de Oviedo, Luis Hevia. En Oviedo, y más concretamente en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), se concentra una buena parte del problema y, a juicio de los padres, también de las soluciones, al menos con la estructura asistencial vigente en la actualidad.

En el complejo sanitario de Oviedo trabajan dos neuropediatras, especialistas directamente dedicados a la atención de los casos más graves. Atienden "entre 3.500 y 4.000 consultas al año", según las familias, que sostienen que esta dotación de profesionales es "claramente insuficiente", como lo demuestran las cifras de demora ya señaladas. Un dato adicional en esta misma línea: "Ha habido casos en los que un niño ha tenido que esperar hasta tres años para hacerse una resonancia", explican Eva Brandi y Sabrina Fernández, madres de pacientes afectados por el atasco de los servicios sanitarios en este ámbito asistencial.

La neuropediatría no está catalogada como una especialidad médica, sino como un área de conocimiento. Según el Sespa, en varios hospitales de la región, y no sólo en el HUCA, hay pediatras capacitados para atender a los niños con este tipo de problemas. Los padres disienten. "Esos pediatras a los que se refiere el Sespa son los primeros que nos reconocen que muchos casos son muy complejos y deciden derivarlos al Hospital Central", indican Sabrina Fernández y Eva Brandi.

Las familias reclaman la creación de "una unidad multidisciplinar que englobe a todos estos pacientes y que sea capaz de atenderlos sin necesidad de acabar en Madrid o Barcelona". Y lamentan que, en ocasiones, "se despilfarren recursos ingresando a niños durante días porque no hay ningún médico que pueda verlos cuando acuden al servicio de urgencias".

Otra línea de acción planteada por el Sespa consiste en "cribar las agendas de las consultas", para con ello disminuir las primeras consultas que están en espera. Esta propuesta se fundamenta en que "aproximadamente un 20 por ciento de las primeras consultas pendientes de ver no son primeras consultas sino revisiones". Esta distorsión obedece, según los padres, a que "algunos médicos nos ponen que son primeras consultas para acortar las esperas".

Las familias también hacen hincapié en la necesidad de "una transición adecuada de la edad pediátrica a la adulta".

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