En los peores años de la crisis abrir una tienda se convirtió en el refugio y en, prácticamente, la única salida laboral que encontraban muchos de los que se quedaban en paro. Pero buena parte de ellos no resistieron el chaparrón, y la presión del creciente negocio de las compras on-line y la caída del consumo obligaron a unos cuantos a echar la persiana. Al final, el saldo de todo esto es que ahora hay en Asturias casi 400 pequeños comercios menos de los que había en febrero de 2011.
En los últimos meses, además, la caída se ha venido acentuando. Ignacio García, secretario general de Ceat, la asociación de autónomos que depende de la patronal asturiana FADE, asegura que detrás de este baile de cifras puede estar teniendo una influencia decisiva la mejora del empleo por cuenta ajena (el asalariado). Esa mejoría ha provocado que muchos de los que montaron una tienda en tiempos de crisis hayan decidido cerrar ahora porque han encontrado otro trabajo o porque ven unas mayores facilidades para encontrarlo.
En concreto, en febrero de 2011 había en la región 17.250 autónomos dados de alta en el sector del comercio, ahora quedan 16.860 trabajadores por cuenta propia en esa actividad, según las cifras que maneja Ceat. El mayor pico de afiliados se alcanzó hace tres años, desde entonces todo ha ido cuesta abajo. Se da la circunstancia, además, que la del comercio es la actividad que engloba a mayor número de autónomos de la región y en la que hay una gran rotación, ya que su número suele engordar cuando se acercan fechas en las que se prevé que el consumo crezca, como la Navidad y la Semana Santa, y adelgaza cuando esas temporadas pasan. Son tantos como que, pese a estos vaivenes que sufre este colectivo, el 22,7% de los autoempleados de la región son comerciantes. Le sigue muy de cerca la hostelería, que engloba al 12,4% (9.173) de los trabajadores por cuenta propia asturianos.
La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), una asociación ligada al sindicato UGT, advierte de que la alarmante desaparición de pequeños comercios está poniendo de relieve el inminente y creciente cambio en el modelo comercial que va acompañado de pérdidas de muchos negocios. El líder de esta agrupación, Eduardo Abad, señaló, a través de una nota divulgada hace unas semanas, que "la incompetencia de los políticos locales que encontraban un sinónimo de modernidad en la total liberalización de la concesión de licencias a grandes centros comerciales a las afueras de las poblaciones, la libertad de horarios y todo ello unido a la irrupción de las denominadas plataformas de consumo han llevado a una situación de ahogamiento en el sector".
Sólo durante el pasado mes de febrero se perdieron en Asturias 335 trabajadores autónomos ligados al comercio, según los datos de Ceat. La sangría sólo fue más intensa en la agricultura, donde el saldo fue de 349 autoempleados menos, con lo que el sector primario continúa con su particular vía crucis. Una situación muy similar a la que viven los comerciantes asturianos se da también en el conjunto del país.
El futuro, a juicio de las asociaciones del sector, no es muy halagüeño, aunque se prevé que con la recuperación del consumo la actividad comercial mejore. Lorenzo Amor, el secretario general de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), advierte que "el comercio se enfrenta a grandes retos como son la venta on-line y la digitalización que va a obligar a los comerciantes a renovarse y no se volverán a recuperar aquellas cifras de antes de la crisis". Y añade: "El comercio es el sector que más está tardando en salir de la crisis y necesita todo el apoyo, especialmente en aquellas zonas en las que por la despoblación se cierran los comercios por falta, muchas veces, de relevo generacional".
Todo esto se produce, además, en un momento en el que el negocio del comercio está comenzando a despegar ligeramente. Según las cuentas del Instituto Nacional de Estadística (INE) este sector mejoró un 2,9% en febrero en Asturias.
