El constructor Juan Antonio Fernández ha defendido esta mañana en el Juzgado numero 3 de Oviedo su inocencia en el "caso Hulla". Han sido cerca de dos horas de declaración, guiada por su abogado Miguel Valdes-Hevia, en la que ha intervenido en alguna ocasión la juez instructora, Begoña Fernández. Tras un receso, preguntaran los fiscales.

Juan Antonio Fernández ha indicado que fue él quien se acercó en 2008 al entonces presidente del Montepío, José Antonio Postigo, para ofrecerse a hacer el geriátrico de Felechosa. Tras algunas conversaciones previas, comenzó a trabajar con el arquitecto Manuel Sastre en el proyecto, en la creencia de que se le concedería el proyecto. Más tarde vendría un cambio: era necesario hacer un concurso. Presentó su proyecto y se lo adjudicaron.

Fernández ha defendido la limpieza del proyecto y de la obra. Ha presentado un informe pericial de mil páginas en el que se establece la trazabilidad de sus gastos e ingresos. El dinero cobrado, ha dicho, pasó a sus cuentas particulares. Ha negado el pago de mordidas a Postigo y que obligase a los proveedores a poner anuncios en Cuencas TV. Negó que la hubiese adquirido, simplemente mostró su interés por ella y en ver cómo funcionaba. Al ver que había fuertes deudas y que uno de los socios se echaba atrás decidió no seguir con el negocio. Esta es la primera declaración en serio de Fernández, quien en mayo del año pasado dijo que declararía cuando conociese el sumario.

Por el Juzgado numero 3 ha pasado también la rumana Daniela Rodica Timis, propietaria junto a Dorina Bicher, pareja de Postigo, de la empresa "Todo limpio y brillante", a la que se investiga por un posible sistema para desviar dinero en la residencia de Los Alcázares de Murcia. Declarará una vez que finalice Fernández.