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El colectivo gay elude la vacuna y persiste la incidencia de hepatitis A

"Los más jóvenes no ven el riesgo, y los mayores que no han salido del armario continúan sin querer salir", explican los especialistas

La oferta de una vacuna gratuita para la hepatitis A no ha logrado frenar la escalada de esta infección en Asturias. Esta inmunización está recomendada para hombres que tienen sexo con hombres y para profesionales sexuales, sin distinción de género. Después de un problema de suministro, la Consejería de Sanidad reanudó su distribución el pasado mes de julio a través de las consultas de infecciones de transmisión sexual (ITS) de Oviedo y Gijón. Nueve meses después, y pese a la campaña de difusión llevada a cabo, "sólo se ha vacunado una parte pequeña" de los destinatarios del tratamiento preventivo, señalan fuentes sanitarias consultadas por este periódico.

La consecuencia es que, en lo que va de año, se han registrado 28 casos de hepatitis A. En 2017, a estas mismas alturas, iban 22, y el ejercicio terminó con un total de 144 casos. La hepatitis A llevaba muchos años a la baja. En todo 2016 se habían contabilizado en Asturias 10 casos. En 2015, sólo 5. En 2014, sólo 1. Algunas voces han vinculado este incremento con la celebración en Amsterdam, en agosto de 2016, del Europride, una cita internacional de la comunidad gay que congregó a alrededor de un millón de personas y que pudo servir como difusor de determinadas cepas del virus. La edición de 2017 de este certamen tuvo como escenario en Madrid.

Los síntomas habituales consisten en inflamación del hígado, tez amarillenta, vómitos y un cansancio que lleva a los pacientes a los servicios de urgencias sanitarias. Hasta la fecha no se han registrado muertes por esta causa, pero sí varios ingresos hospitalarios. "Generalmente, son cuadros leves, y en uno o dos días los pacientes se van para casa", precisan las fuentes antes citadas.

Contacto físico estrecho

Lo llamativo del caso es el rechazo del colectivo homosexual masculino a una vacuna cuyo nivel de eficacia se aproxima al 100 por ciento. "Los más jóvenes no ven el riesgo, y los mayores que aún no han salido del armario siguen sin querer salir, con lo cual sólo son proclives a la vacuna los de edades medianas que están más concienciados del peligro", explica un especialista, buen conocedor de la situación. La Consejería de Sanidad está valorando la posibilidad de realizar un nuevo llamamiento a la vacunación que se vehiculizaría a través de los colectivos vinculados al mundo gay.

El virus de la hepatitis A puede transmitirse por contacto físico estrecho con una persona infectada. La causa más probable del repunte registrado el año pasado son las relaciones sexuales entre varones. "Si el contagio tiene que ver con prácticas de riesgo, tomar medidas de protección siempre puede resultar muy útil", señalan los médicos que tratan a este tipo de pacientes.

Lustros atrás, la mayoría de la población española sufría la hepatitis A en la infancia. A esas edades, los síntomas son muy leves y quienes padecen la enfermedad quedan inmunizados de por vida. Como consecuencia de los avances en la higiene y la alimentación, en los tiempos recientes buena parte de la población alcanza la edad adulta sin haber pasado la enfermedad, y los síntomas en los mayores son más agresivos, aunque raramente llegan a ser fatales.

De los 28 casos computados en Asturias este año -hasta el pasado 11 de marzo-, 11 pertenecen al área sanitaria de Oviedo, 6 a la de Gijón y 5 a la de Mieres. Estos 5 casos de Mieres son tantos como los contabilizados en todo el año pasado.

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