¿No decían muchos de sus colegas que era inexpresiva y hierática...?

Pues a mí me ha cautivado su reacción visceral de madre totalmente volcada en la protección de sus hijas, frente a un impulso "fotográfico" de abuela no previsto en el protocolo de la misa de Pascua.

Recuerdo aquella mirada brillante y la voz perfecta que los sábados por la noche presentaba "Informe semanal". A medio metro tiene aquellos mismos ojazos y su mano derecha saluda firme y cercana, pero había ido perdiendo espontaneidad obligada seguramente por las circunstancias.

Yo quiero que represente a España en el mundo entero esta Reina humana, madraza, culta y entregada a tantísimas causas por la defensa de los niños y de los desfavorecidos.

Me gusta esta Reina continuamente expuesta a las críticas a la que se le olvida el protocolo si un imprevisto pone en sus manos la urgencia de decidir. Una mujer libre de expresar preocupación o desacuerdo, de proteger a sus niñas de tanto escaparate por encima del gesto cariñoso de una abuela.