Fumar en pipas de agua es tan nocivo como fumar cigarrillos. Las pipas de agua son un riesgo para la salud de fumadores activos y pasivos y, en ningún caso, pueden considerarse una alternativa segura al tabaco, puesto que una sesión típica con estos "aparatos" de fumar equivale a inhalar 200 veces el humo de un cigarrillo y este humo presenta niveles altos de CO, metales pesados y sustancias cancerígenas; por lo tanto, son un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer o de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Además, se ha visto que otras fuentes de calor, como la madera o el carbón, contienen sus propios tóxicos; compartir su boquilla entraña riesgo de infecciones; y no están provistas de ningún sistema que las haga más seguras. Estas son las principales conclusiones sobre las pipas de agua expuestas por el doctor Jaime Signes-Costa en la última Reunión de Invierno Conjunta de las Áreas organizada por la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Neumología (SEPAR) que trató temas relacionados con el tabaquismo.

Por esta razón, "las pipas de agua deben estar sujetas a una regulación similar a otros productos del tabaco y, en este sentido, se deben incluir avisos sobre la salud, erradicar los mensajes de "cero" alquitrán y otros mensajes relacionados con "natural" o "ecológico", establecer programas de prevención y estrategias de cesación, prohibición de usarlas en lugares públicos y hacer más educación para sanitarios", explica el doctor Jaime Signes-Costa. De hecho, una revisión de The Cochrane Database of Systematic Reviews, comentada por el Dr. Signes-Costa, señala que existen algunos trabajos que demuestran la necesidad de establecer estrategias de deshabituación tabáquica en usuarios de pipas de agua, por la dependencia nicotínica, e insta a desarrollar estudios en este sentido.

El uso de las pipas de agua se está convirtiendo en una tendencia entre los jóvenes; las fuman estudiantes universitarios o de bachillerato. En el último Eurobarómetro sobre actitudes de los europeos frente al tabaco y los cigarrillos electrónicos, de 2017, al menos uno de cada tres europeos de entre 15 y 24 años (el 28%) afirma haber probado fumar en pipa de agua alguna vez; y, en general, el 13% de los europeos se declara fumador en pipas de agua, mientras que, en España, hay un 2% de fumadores en pipas de agua.

En Estados Unidos, el estudio Monitoring The Future, publicado en American Journal of Preventive Medicine, ha evaluado cuál es el uso sostenido de esta forma de fumar versus al esporádico entre los adolescentes, mediante una amplia investigación que ha reclutado a 8.737 adolescentes americanos. El 18,8% de los participantes dijeron haber fumado en pipa de agua en el año anterior, mientras que el 7,2% dijeron hacer un uso sostenido de las pipas de agua.

Los factores de protección hallados frente al uso sostenido de pipas de agua fueron ser de género femenino, de raza afroamericana (frente a los caucásicos) y una mayor presencia de padres y madres en el hogar. En cambio, los factores relacionados con el uso sostenido de pipas de agua identificados fueron el alto nivel educativo de los ancestros, el bajo rendimiento académico (calificaciones más bajas), absentismo escolar, una menor religiosidad y más salidas durante la semana, así como citas por la noche. Los autores del trabajo señalan también que, por todo ello, las pipas de agua deberían incluirse en los sistemas de vigilancia y de intervención frente al tabaquismo.

El uso de las pipas de agua no es inocuo ni menos nocivo que fumar cigarrillos convencionales. En los últimos años han proliferado diversos estudios y revisiones de la evidencia médica más actual disponible en importantes revistas científicas que así lo demuestran.

Una revisión de la evidencia médica actual al respecto, publicada en Nicotine & Tobacco Research, a partir de datos de 117 adultos de Líbano, Jordania, Kuwait e India, ha concluido que el uso cotidiano de pipas de agua produce la absorción de nicotina en una magnitud similar a la del uso diario de cigarrillos. Esta equivalencia con el uso de cigarrillos de unos 10 cigarrillos/día es indicio de que el uso cotidiano de una pipa de agua puede ser un método eficaz para iniciar y mantener la adicción a la nicotina, según sintetizaron los autores del estudio.