Laureano Oubiña, el conocido narcotraficante de la ría de Arosa, acudió en la mañana de ayer al cuartel de la Guardia Civil de Cambados para prestar declaración como investigado en la “operación Matta”, desarrollada por la Comandancia de Oviedo a finales del año pasado, a raíz de la incautación de cinco kilos de cocaína en la Autovía del Cantábrico (A-8) a la altura de La Caridad, y que llevó a la detención de 18 personas y el comiso de once kilos de hachís, cinco armas y numerosos vehículos de alta gama._La declaración, instada por la Policía Judicial de Oviedo, venía determinada por las grabaciones realizadas a uno de los investigados, Carlos de la M., ahora en prisión, en las que asegura que venía de “ver a Laureano”.

Ante la Guardia Civil, Oubiña explicó que Carlos de la M. acudió a él solo en busca de “asesoramiento” para contratar un buen abogado. Oubiña compartió prisión con un tío de Carlos de la M., por lo que este le tenía mucha confianza.

Ninguna relación

Ante los agentes, Oubiña negó cualquier relación con la red desmantelada, liderada por un integrante del clan de los Mercheros de las Cuencas, y que según la Guardia Civil era el principal introductor de drogas en la región. Tras prestar declaración, el narcotraficante quedó en libertad. El paso de Oubiña por el cuartel de Cambados causó sensación en Galicia, especialmente tras la detención del histórico narco Sito Miñanco, en relación a un alijo de cocaína.

La jueza instructora de la “operación Matta” impuso a los detenidos fianzas de entre 35.000 y 250.000 euros, unas cantidades imposibles de conseguir para alguno de los implicados, como Carlos de la M., cuya defensa, a cargo de Judith Gómez, del despacho VoxLegis, solicitó ayer mismo una reducción de la cuantía.

La desarticulación del grupo, con implicados en Oviedo, Gijón, Siero, Lugones, Avilés, Grado y Piedras Blancas, se produjo tras capturar un alijo de cinco kilos de cocaína el pasado 8 de noviembre en la Autovía a la altura de La Caridad. Los seis narcos que llevaban la droga, entre los que se en contaba un malagueño, llevaban dos vehículos, uno de ellos como lanzadera. En el otro, la droga estaba escondida en un compartimento. Los agente llevaban meses tras ellos.