La ley de crédito extraordinario, el plan de gasto suplementario que permitirá al Gobierno del Principado amortiguar el impacto de la prórroga presupuestaria, empezará a cubrir el mecanismo ordinario de su tramitación parlamentaria con la petición de 37 comparecencias. Las solicitudes de los grupos, al cierre del plazo habilitado a las dos de la tarde de ayer, alcanzan esa cifra a la espera de que la Mesa de la Junta califique hoy su legalidad y pertinencia. En principio, con arreglo al cronograma pactado, todas habrían de ser sustanciadas el lunes, con cierta prisa para convocar a los interesados a partir de hoy, y su volumen volvió a soliviantar ayer a los grupos que eran partidarios de tramitar el proyecto por la vía de urgencia, de soslayar la fase de las comparecencias y de permitir que la ley entrase en vigor lo antes posible, haciendo valer la mayoría que para su aprobación le otorgan los apoyos anunciados de PSOE, IU y Podemos.
En el registro del parlamento habían entrado ayer 23 peticiones de Foro, diez del PP, ocho de Ciudadanos y una de Podemos, con cinco coincidencias que dejan las 42 peticiones en una lista de 37 nombres. La llamada a cerca de cuarenta personas tiene "sólo un objetivo, reventar a un Gobierno en los morros de la gente y de Asturias", protestan desde la dirección de IU. El portavoz parlamentario de la coalición, Gaspar Llamazares, identifica una muestra de "obstrucción y filibusterismo político" particularmente visible en los grupos de la derecha y la dirección del partido mira también, y acaso sobre todo, hacia Ciudadanos. La constancia de que fue el voto decisivo de la formación naranja el que hizo decaer la posibilidad de la tramitación urgente lleva a la coalición a proclamar la inclusión de la formación naranja "en el bloque reaccionario de la derecha".
"Ciudadanos intenta reventar que se puedan licitar obras cuanto antes", opinan. "Estamos ante un lamentable bloqueo de generación de empleo e inversiones", o ante otra prueba de que, a juicio de IU, "la pluralidad del parlamento ha devenido en una suerte de nuevo bipartidismo". Hay "un partido pequeño", rematan, que "representando este papelón que nadie entiende muy bien ha convertido esto en dos bloques. No están a la altura de sus votantes", subrayan, y vaticinan que "cada hora de dilación" de la entrada en vigor de un proyecto que en el mejor de los casos será aprobado a finales de mes "es sonrojante para Ciudadanos".
Al argumentario naranja, que devuelve las acusaciones de obstruccionismo alegando que la demora en la tramitación debería ser en todo caso imputable a quienes estuvieron meses negociando sin prisa el contenido de las inversiones del crédito extraordinario, replican desde IU que "cuando algo se retrasa, la solución no puede ser retrasarlo más. Cuando algo va muy mal, parece que lo mejor es que vaya peor". Yendo mucho más atrás a la búsqueda de responsabilidades, las mismas fuentes atribuyen el retraso a los grupos que no apoyaron el proyecto de presupuesto que presentó el Gobierno del Principado.
No salió adelante y el plan inversor de los 111 millones que la Administración necesita para hacer frente a la prórroga está pendiente de un trámite en la Junta cuyo desenlace se difiere, según el calendario pactado el pasado lunes, hasta finales de este mes.
