No hubo triplete para el río Eo. El estuario que separa Galicia y Asturias tenía todas las papeletas para dar el campanu de Asturias por tener más nivel del agua del habitual sin llegar a estar desbordado y ser guarida de ejemplares de salmones días atrás.

El coto santirseño de La Volta acaparó toda la atención desde el primer momento: el año pasado se echó a tierra el campanu de Asturias y en el inicio de la temporada de 2016 fue el cercano pozo Louredal (ayer cerrado) el protagonista. "Vinimos muy animados, el problema es que los salmones se ven peor", explicaron los hermanos gallegos Juan Manuel , José Manuel y Juan José González, llegados desde Melide, San Julián de Mos y Santiago de Compostela, respectivamente. Pese a una insistencia infructuosa, los hermanos no perdieron la esperanza y pasaron toda la jornada entre lance y lance, a cucharilla y a cebo, en este coto de pago en el que echaron a tierra una trucha. Tuvieron que devolverla al río. "Un susto difícil de olvidar", dijeron, conscientes de lo que supone en Asturias la pesca del primer salmón con muerte de la temporada.

En los tramos libres del río Eo, la pasión por el campanu de Asturias iba apagándose a medida que pasaba la mañana. Los ribereños oriundos de Taramundi Jesús Rodríguez y Emilio Rodil llegaron al río a las siete de la mañana. "Hay demasiada agua y los salmones se colocan en zonas donde no es fácil que piquen", explicó el primero, que madrugó para poder hacerse con el preciado ejemplar. "Pensábamos que este año en Eo habría suerte, pero esto no es una ciencia exacta", indicó. Ambos había visto salmones días antes.

Para otros pescadores que también eligieron los tramos libres del río Eo, el agua todavía está fría para ser atractiva para los salmones. "Yo sinceramente creo que a 14 de abril es pronto para pescar salmón", dijo David Ferreño, de Ribadeo. Su compañero de aventura, Manuel Fraga, indicó que viajó "más que nada para matar el gusanillo; está muy bonito para pescar, pero es difícil echar algo a tierra: ni pican ni se asoman".

En el Esva, los pescadores también madrugaron. A media mañana, apenas había ya ambiente. El agente Raúl Menéndez explicó que se trata de un río más limitado porque tiene menos tramos libres. Además, el nivel del río estaba demasiado alto.