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El nuevo rey del castrismo

Díaz-Canel, descendiente de asturianos de Castropol, será el primer presidente de Cuba sin apellido Castro en 60 años

Miguel Mario Díaz-Canel.

Los círculos anticastristas de Miami hierven estos días y no de ilusión. Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez (Placetas, Villa Clara, 1960), vicepresidente de Cuba, será designado el jueves sucesor, a título de presidente, de la dinastía Castro, que gobierna con mano férrea la isla desde hace seis décadas. Mientras el mundo mira esperanzado el relevo de Raúl, los opositores esperan más de lo mismo. El tiempo tendrá la respuesta.

De momento, al Capitolio de La Habana llega el primer "rey" de la República cubana que no se apellidará Castro desde 1959, nacido cuando la Revolución apenas tenía un año de vida, que contaba cinco cuando se fundó el Partido Comunista. El ingeniero electrónico, exprofesor universitario, aficionado a las nuevas tecnologías, desciende de asturianos corajudos, de los que aprendió esa resistencia que le lleva ahora a lo más alto del régimen. Han sido décadas sin salirse del guión; repitiendo que el socialismo seguirá fuerte en la isla y tratando con mano dura a la oposición. La recompensa ha llegado. Será el nombramiento que debe ratificar la Asamblea Nacional y que en la práctica maneja Raúl.

Alto y guapo "como un Kennedy" (así se referían las jóvenes del Vedado a Fidel en sus años de juventud), con un aire a Richard Gere, pero más corpulento, Díaz-Canel nació el 20 de abril de 1960, por tanto el viernes cumplirá 58 años. Su bisabuelo, Ramón Díaz-Canel, emigró a Cuba desde Castropol. Su padre, Miguel Díaz-Canel, trabajador de una planta mecánica en Villa Clara, se casó con la maestra Aida Bermúdez, la madre de la que heredó su pasión por la música.

Los Díaz-Canel regentaron en La Habana la mueblería La Perla, uno de esos lugares en los que se gastaban los pesos los burgueses del Vedado, y apoyaron la creación de la Casa de oriundos de Castropol en La Habana. Antonio Díaz-Canel Monteavaro, primo del político, aseguró a LA NUEVA ESPAÑA, cuando el periódico avanzó el nombramiento hace casi dos años, que el apellido Bermúdez también procedería de Castropol. Así que Díaz-Canel se convertirá, junto con el chileno Sebastián Piñera (en sus antípodas ideológicas), en el otro presidente de América con pedigrí asturiano.

De su discreta vida personal se sabe que se ha casado dos veces, la segunda con Liz Cuesta, una profesora especialista en cultura cubana, y que salvo sorpresas será tan "invisible" como el resto de primeras damas que la precedieron.

Recibió la Educación Secundaria en el Campo Primero de Mayo y la preuniversitaria en el Campo Jesús Menéndez, ambos en Santa Clara, la capital de Villa Clara. En 1982 concluyó sus estudios de Ingeniería Electrónica en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV), también en Santa Clara. Una vez titulado, se incorporó como especialista en comunicaciones de radio a la Unidad Militar 3875, perteneciente a la Defensa Antiaérea y Fuerza Aérea Revolucionaria (DAAFAR). En 1985 recibió la licencia con grado de oficial y se hizo profesor.

A finales de los ochenta entró a formar parte de la Unión de Jóvenes Comunistas, y de 1994 a 2003 fue secretario del Partido Comunista en la provincia de Villa Clara, donde se ganó fama de dirigente abierto por su apoyo a un centro cultural donde se hacía travestismo y por su afición al rock.

En 2009, Raúl Castro, que había heredado hacía tres años el poder de su hermano enfermo, lo llamó a La Habana para hacerle ministro de Educación Superior. En marzo de 2012 accedió a una de las ocho vicepresidencias del Consejo de Ministros. En 2013 entró en el Consejo de Estado tras acceder directamente al puesto de primer vicepresidente -número dos del régimen-, relegando al rango de simple vicepresidente a su antecesor, José Ramón Machado Ventura, de 87 años, compañero de ruta de los Castro.

"No es un nuevo rico ni un candidato improvisado", dijo Raúl Castro en 2013 sobre su delfín. También usa guayabera, pero no le gusta demasiado el uniforme verde oliva. Tendrá que acostumbrarse. El presidente es un civil que, igual que les ocurre a sus homólogos estadounidenses, se convertirá en jefe de las Fuerzas Armadas. Díaz-Canel no bajó de la Sierra con Fidel y carece de esa experiencia militar de los veteranos. Tampoco ha conocido nunca otro Gobierno más que el castrismo; sus dotes de orador no tienen nada que ver con las del comandante, que manda desde la tumba. Queda por ver si será un Adolfo Suárez caribeño o un continuista de tímidas reformas. Quién sabe, en cualquier momento "puede cantar 'El manisero'".

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