José Miguel Herrero (Segovia, 1973), ingeniero agrónomo y funcionario del Ministerio de Agricultura desde 2002, es desde 2014 el primer director de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), que nació como consecuencia de la ley de la Cadena Alimentaria de 2013, pionera en Europa, en la que se inspira ahora la Comisión Europea para elaborar una nueva directiva que regulará las prácticas desleales en el sector agroalimentario. Herrero visitó ayer Asturias.
- La Comisión Europea pone como modelo para su próxima directiva la ley de la Cadena Alimentaria en España. ¿Un premio a la labor bien hecha?
-España tiene desde 2013 una ley de la Cadena Alimentaria gracias al trabajo de todo el sector. Fue una norma pionera desde que en 2008 la UE comenzó a llamar la atención sobre las desigualdades y desequilibrios. España se puso las pilas y aprobó la ley. Qué ahora llegue esta propuesta por parte de la Comisión Europea tiene que llenarnos de satisfacción. La UE se ha fijado en la actividad que ha tenido la AICA. Una ley sin supervisión ni capacidad sancionadora no serviría de nada. La directiva se plantea crear agencias similares a la nuestra en el resto de los estados miembros.
- Actúan de oficio y también a través de denuncias. ¿Van en aumento?
-Realmente llegan pocas denuncias. AICA se ha convertido en estos cuatro años en un aliado del sector y animamos a los ganaderos asturianos a que denuncien los incumplimientos de la ley, bien por iniciativa propia o a través de las organizaciones agrarias, con las que ayer mantuve una productiva reunión en la Delegación del Gobierno.
- ¿Cómo funciona la Agencia?
-La Agencia de Información y Control Alimentarios es un organismo autónomo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente encargado del control del cumplimiento de la ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, en lo que respecta a las relaciones comerciales, es decir, operaciones de compraventa de alimentos y materias primas entre agricultores y ganaderos, fabricantes de alimentos y bebidas, y distribuidores.
- También vigilan de forma especial la trazabilidad de algunos alimentos.
-Nuestro protocolo de vigilancia se refiere a la leche líquida, el aceite de oliva, la carne de pollo y más recientemente el queso, que ha sido una reivindicación del sector.
