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El proyecto prevé cerrar con un lodo sellante las grietas por las que se escapa el agua

El proyecto ideado para recuperar el lago Ándara, en la zona cántabra del parque nacional de los Picos de Europa, perseguía incrementar la superficie de la pequeña laguna actualmente existente, que tiene unos 100 metros cuadrados de extensión, de tal forma que el agua cubriera unas dos hectáreas de terreno en la vega del Redondal y que alcanzara una profundidad máxima de 10 metros.

Pero la Confederación Hidrográfica del Cantábrico resalta que en el propio estudio hidrogeológico elaborado por el Instituto Geológico y Minero se reconoce que el antiguo lago era mucho más pequeño: tenía una extensión de 1,06 hectáreas, y que su profundidad máxima estaba entre los 6 y los 7 metros, con un volumen total del orden de los 23.000 metros cúbicos de agua. El lago desapareció hace ahora un siglo como consecuencia de las grietas surgidas por las voladuras realizadas a causa de las labores mineras existentes en la zona. La mina producía plomo y cinc.

El proyecto rechazado por la Confederación propone el vertido de un lodo sellante, compuesto por cemento y bentonitas, en el punto de fuga (por donde se supone que se filtró el agua del lago) de la laguna en una primera fase. y en el caso de que no se consiguiera así el llenado del lago, en una segunda fase se realizarían inyecciones de cemento y bentonita en otros puntos, donde también podría haber grietas o fisuras por donde se escape el líquido.

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