Al tiempo que los organizadores de la manifestación del pasado sábado en defensa de la oficialidad del asturiano pedían a los políticos abordar ya la reforma estatutaria que permita aprobar la oficialidad de la llingua, el PSOE y el Partido Popular mostraban ayer sus profundas discrepancias sobre la medida.

La vicesecretaria general del PSOE, la asturiana Adriana Lastra, consideró ayer que la cooficialidad, que la Federación Socialista Asturiana ha incorporado a su programa político, es "una forma de proteger" la riqueza "cultural y lingüística" de Asturias.

Lastra aseguró que la manifestación asturianista del pasado sábado, se celebra anualmente "y es siempre multitudinaria". Y recalcó que la resolución aprobada en el último congreso de la FSA que permite a los socialistas asturianos defender la bandera de que el asturiano sea lengua cooficial, persigue "una cooficialidad amable, no impositiva". En todo caso, recalcó, no es un proceso que se abordaría de manera inmediata, sino dentro de "una reforma del Estatuto de Autonomía".

La número 2 del PSOE nacional recalcó que la defensa del asturiano "no es algo nuevo", sino que ha sido una bandera habitual en las manifestaciones de la Transición en Asturias, en las que a las peticiones de "libertad, amnistía y estatuto de autonomía" se añadía "una cuarta coletilla" pidiendo la oficialidad de la llingua.

"Es una reivindicación para proteger algo que nos es muy querido, que se muere y que pasa por una mala situación", aseguró.

La otra cara de la moneda la mostró la presidenta del PP, Mercedes Fernández, para quien una cooficialidad "a la catalana" no es el modelo que necesita Asturias. Los populares rechazan apoyar la reforma estatutaria para oficializar el asturiano tras las elecciones y considera "impensable" que se produzca un referéndum.

"No creemos que la cooficialidad sea lo que necesita Asturias", ha dicho Fernández, para quien no existe una demanda mayoritaria a favor de la cooficialidad. Y retó a quienes defienden la cooficialidad a que expliquen que su implantación no sólo supone derechos, sino también "imposiciones". Aseguró que habrá que hablarlo en la Universidad, en los colegios y será parte del temario de oposiciones, entre otras cosas. A su juicio "es engañarse" tratar de esconder las "consecuencias" que tendrá en la vida cotidiana.