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JOSÉ RODRÍGUEZ GARCÍA | Catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Oviedo | ADRIÁN FERNÁNDEZ GAVELA | Profesor ayudante doctor, investigador en el laboratorio de fotónica de la Universidad de Oviedo

José Rodríguez: "Nuestro déficit es el capital humano, no hay fondos para atraer talento"

Adrián F. Gavela: "Se creó un embudo en la promoción de profesorado, las plazas de hoy son para los de diez generaciones anteriores"

José Rodríguez: "Nuestro déficit es el capital humano, no hay fondos para atraer talento"

"A mis alumnos les digo que la Física es el fundamento de todo: de la Medicina, de la Química, de la Ingeniería...". El catedrático José Rodríguez habla con entusiasmo de su disciplina. Celebra que en los últimos siete u ocho años haya vivido un "crecimiento espectacular", que se aprecia en las matrículas de la Facultad de Ciencias. "Tenemos alumnos muy motivados en la Universidad de Oviedo", apunta y como ejemplo señala al que hoy es uno de sus discípulos y a quien prepara para asumir el relevo en el laboratorio, Adrián Fernández Gavela. "Lo bonito de ser docente es ver la evolución de tus alumnos", subraya Rodríguez.

Fernández Gavela comparte con su maestro idéntico entusiasmo por la Física aplicada. Es especialista es optofluídica y fue premio extraordinario de doctorado, "lo que corrobora la calidad científica de nuestros graduados", apunta Rodríguez. De su discípulo, el catedrático de Física destaca su capacidad de trabajo, su generosidad y su disponibilidad. "Al final casi pasa a ser parte de tu familia", relata sobre la relación entre maestro y discípulo.

El más joven reconoce que llegó a la Física a través de su profesor de instituto. "Me gustaba la experimental pero tampoco tenía idea de que me iba a dedicar a la fotónica. Fui alumno de José y me enganchó con la fotónica a nivel de laboratorio", explica tras haber pasado por el grupo de Nanobiosensores y Aplicaciones Bioanalíticas, del Centro de Investigación en Nanociencia y Nanotecnología (CIN2), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Barcelona.

En el laboratorio de la Universidad de Oviedo, a donde Fernández Gavela regresó hace año y medio, son especialistas en el desarrollo de óptica integrada y optoelectrónica. "Se tiende a la miniaturización, y al desarrollo de dispositivos de diagnóstico más rápidos y más fiables", detalla Rodríguez, quien se incorporó en 1988 a la Universidad de Oviedo, dónde inició la línea de investigación en Propagación Electromagnética y Óptica Integrada. El catedrático es miembro de la Academia de Electromagnetismo de Estados Unidos y, en la actualidad, coordinador del laboratorio de óptica integrada de la Universidad asturiana. Dirige investigación en las áreas de Teoría de Campo Electromagnético; modelización, caracterización y evaluación de Guías Opticas Integradas y Dispositivos Fotónicos; Litografía Láser y sus aplicaciones a la fabricación de Guías y Dispositivos Ópticos Integrados, Sensores Electroquímicos y Sensores Ópticos. "En investigación estamos a nivel europeo, no tenemos nada que envidiar ni debemos ir con complejo fuera, hace tiempo sí, porque la tecnología estaba más abandonada pero hoy tener que ir fuera casi por obligación sirve para realimentar a tu Universidad", sostiene Rodríguez. Su discípulo también recomienda las estancias en el extranjero "porque aprendes mucho y te abren la mente".

En el laboratorio de óptica integrada y optoelectrónica reconocen que han pasado sus momentos malos "pero hoy estamos en una situación bastante cómoda" con la concesión de dos proyectos recientes. "Tenemos los medios indispensables para continuar adelante", confirma el catedrático, quien señala como principal "déficit" en su especialidad, el capital humano. "El retorno para los que se van se hace muy lento porque hay mucha competitividad y poca dotación económica para atraer talento", añade Rodríguez. Las dificultades económicas de la Universidad para la dotación de las plazas necesarias también están pasando factura. "Se creó un embudo en la promoción de profesorado. Hoy las plazas son para los de diez generaciones antes que la tuya", se lamenta el más joven, "aunque en Física hay más movimiento y no nos podemos quejar".

Su grupo colabora habitualmente con el del catedrático de Química Física Agustín Costa en el diseño y fabricación de sistemas de detección de enfermedades, polución o contaminación en agua. En unos años, dice el más joven, será posible que con un sensor instalado en el móvil podamos medir en una gota de sangre nuestros niveles de glucosa u otros parámetros sin necesidad de realizar un desplazamiento a un centro sanitario. "Pero sin perder de vista la figura del médico, tampoco es cuestión de volcarse en el autodiagnóstico", aclara Fernández Gavela. En Barcelona el joven investigador tuvo oportunidad de participar en un proyecto donde la fotónica tenía una aplicación directa para evaluar la contaminación de las aguas marinas. Hoy la docencia ocupa un 80% de su tiempo. "Al final la investigación queda casi como un hobby de sábados y domingos", ironiza el más veterano.

En su faceta docente, sostiene José Rodríguez, las redes sociales y los nuevos modelos de comunicación también han generado importantes cambios. Todavía recuerda cómo llevaba a sus primeros alumnos al "laboratorio virtual" para mostrarles capítulos de "La Web de la Ciencia", materiales todos ellos para mostrar la aplicabilidad de su especialidad. De aquellos estudiantes de los 90 recuerda Rodríguez su disciplina y hábito de trabajo, cualidades que hoy "se echan de menos en las aulas. Si hoy pusiera un examen de hace diez años, no aprobaría nadie", sentencia. El docente e investigador culpa "al sistema y a los sucesivos planes educativos", incluida la reforma de Bolonia, que se haya impuesto en las aulas otra dinámica de trabajo. Los de hace tres décadas, concluye Rodríguez, eran estudiantes con un bagaje extraordinario de Bachillerato. "Ha cambiado todo muchísimo", concluye.

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