Una pareja de ibicencos que viajaba de Ibiza a Asturias en sendos vuelos de Air Nostrum e Iberia con escala en Palma, reanimó hasta en dos ocasiones a otro pasajero que, por los síntomas que presentaba, sufrió un infarto en pleno vuelo. El matrimonio que le ayudó a recuperarse, de poco más de 40 años, relata a este diario que el pasajero "estaba morado, respiraba pero no tenía pulso".

La víctima, al igual que la pareja de ibicencos que le prestó ayuda, viajaba a Asturias desde Mallorca con su esposa y una niña de poco más de un año. "Estuvimos hablando con ellos porque habíamos coincidido en algún que otro viaje y, poco después de que el avión despegara, la mujer nos avisó de que a su marido le pasaba algo". Entonces, el joven ibicenco, que prefiere que no se publiquen sus nombres, se levantó de su asiento para prestarle auxilio.

"Estaba una fila más atrás que la nuestra y en el asiento junto a la ventanilla; ningún otro pasajero se percartó de la situación hasta que llegó un un bombero que viajaba con nosotros y me ayudó a sacarle" de su asiento. Una vez en el pasillo, le cogieron por los pies y los hombros y le trasladaron a la zona más cercana a la cabina, donde le tendieron en el suelo. "Le levantamos las piernas y conseguimos un periódico con el que abanicarle". Además, relata, le dieron agua.

Una vez recuperado, este pasajero regresó a su asiento. "A los diez minutos le volvió a dar otro ataque y repetimos la operación". Varias ambulancias esperaban al enfermo en la pista del aeropuerto de Asturias. "Él pidió el alta con la condición de ir a un hospital", concluye su relato esta pareja de ibicencos.

El hombre agradece la ayuda prestaba por la tripulación del vuelo. "Fueron magníficos, se portaron de manera ejemplar", asegura.

Vuelo abortado

En noviembre del año pasado, los pasajeros de un Air Europa UX6027 que debía salir de Madrid con destino a Ibiza en el vuelo de las 20.30 horas se llevaron un susto morrocotudo cuando el comandante de la aeronave decidió abortar el despegue cuando ya había iniciado la carrera en la pista porque el avión no mantenía la línea del eje de la pista y se desviaba hacia la derecha.

El mismo piloto explicó al pasaje por megafonía, en dos ocasiones, que había tomado la decisión porque la aeronave «se iba a la derecha descontroladamente», probablemente debido a un fallo en uno de los motores. «Es estas condiciones no podemos volar», reconoció el piloto, según explicó a este diario uno de los pasajeros de este vuelo comercial.

Tras abortar el despegue, el comandante dirigió la aeronave hacia el hangar, escoltados durante todo el trayecto por los bomberos del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Durante el incidente se vivieron momentos «de tensión», pero la profesionalidad de la tripulación ayudó a sobrellevar el susto, señaló este pasajero.

Una vez en el acceso al hangar, los responsables de la aerolínea y la tripulación debían decidir si intentaban localizar y subsanar la avería o si recolocaban al pasaje en otro avión.

«Nos hicieron bajar y nos dirigieron hacia los autobuses», relató por su parte Gerard Felip, otro de los pasajeros. Una hora después de iniciar el despegue fallido, el pasaje se encontraba de nuevo en la puerta de embarque de la T2 (terminal dos).

Trato «impecable» de Air Europa

«Nos dieron de cenar y se portaron muy bien en todo momento», reconoce Felip, que viajaba a la isla en compañía de su pareja. El otro testimonio, un ex piloto comercial que prefiere mantener su anonimato, coincide en esta apreciación sobre el comportamiento de Air Europa. «La verdad es que para haber tenido que cambiar de avión con todo el lío que conlleva de maletas, asignar una nueva tripulación o cambiar de aparato, la gestión ha sido impecable», indica.