"Izquierda Unida no se merece estar permanentemente en la duda existencial". El portavoz de la coalición en el parlamento asturiano, Gaspar Llamazares, hizo esta mañana esta amarga reflexión sobre las incertidumbres que vuelven a acosar a la formación desde la divulgación del movimiento de la dirección federal que dirige Alberto Garzón hacia la disolución de la estructura del partido en un "movimiento social". Llamazares ha lamentado que la labor de oposición a su juicio "constructiva, con alternativas y una política de alianzas en la izquierda" "no se merece que nos interpongan debates que no hemos provocado". Al decir del portavoz, a un año de las elecciones autonómicas y municipales "no es el tiempo" de enmarañar la controversia interna sobre la futura configuración del partido porque "entorpece nuestra actividad", porque en contra de lo que parece que piensan en Madrid "IU tiene una identidad propia y ninguno de sus votantes duda de ello ni del proyecto político" de la coalición.

Llamazares ha incluido su valoración sobre la última polémica de la coalición entre sus declaraciones al salir de la Junta de Portavoces que esta mañana ha confirmado que será el pleno del próximo viernes el que "por fin", en palabras de del portavoz socialista, Marcelino Marcos Líndez, dará de paso la ley de crédito extraordinario con la que el Gobierno del Principado prevé afrontar las apreturas de la prórroga presupuestaria. El debate no incluirá la enmienda que el PP registró para elevar al millón de euros el mínimo exento del Impuesto de Sucesiones por los reparos jurídicos que no consideran éste el marco adecuado para una modificación de índole fiscal. "En otras ocasiones se ha hecho", ha protestado esta mañana el diputado popular Luis Venta, que sin embargo ha renunciado a prolongar el debate y a "judicializar" su protesta.

Tras la Junta, y aprovechando que en una sala contigua todos los consejeros del Gobierno comparecían para dar su parecer sobre el Plan Especial para los Concejos del Suroccidente que se tramita en la cámara, PSOE y PP se han enzarzado en un debate a cuenta del esfuerzo que el Gobierno central está haciendo para asegurar la conclusión de la autovía Oviedo-La Espina. Marcelino Marcos ha elevado a la consideración de "fraude social" que el Ejecutivo del PP pretenda "fraccionar" el tramo Salas-La Espina y circunscribir la inversión en los "apenas tres kilómetros" del trayecto entre la capital salense y el viaducto de El Regueirón. En su réplica, Luis Venta ha lamentado que la crítica venga de "quien paralizó la autovía a La Espina", en referencia a la decisión del ministro socialista José Blanco de anular el contrato de la segunda calzada entre Salas y La Espina, y ha asegurado que en lo relativo a esta infraestructura el PSOE "tiene poca credibilidad".