Lo que podría haber sido una situación angustiosa terminó siendo una anécdota, aunque en los primeros momentos los pasajeros del vuelo V73831, que cubría la ruta entre Asturias y Sevilla, se llevaron un buen susto. Cuando pasada las tres de la tarde estaban en pleno embarque y ya con la mitad del pasaje en el interior del avión, escucharon un ruido en uno de los motores arrancados, que se detuvo. "Se paró, empezamos a oler a cable quemado y nos dijeron que descendiéramos", explicaron a este periódico.

"La situación fue muy tranquila y en ningún momento hubo sensación de nerviosismo", explicó uno de los pasajeros. Pero, por ejemplo, Diana Rubio, que había acudido a Asturias para participar en un encuentro de escritores en Gijón, reconoció que sí se asustó un poco. "Es la primera vez que me pasa un incidente así, me temblaba un poco todo, pero al ver a la gente tranquila, me calmé", detallaba anoche en el aeropuerto asturiano.

Todo se debió a un fallo en una unidad de potencia durante el proceso de chequeo de los sistemas previo a iniciar las maniobras de despegue, señalaron fuentes de la compañía Volotea. Las mismas fuentes aseguraron que precisamente los chequeos llevan al límite los sistemas para que, de haber alguna posible incidencia, se produzca.

El matrimonio gaditano formado por Maite Agüeso y Eladio Velázquez, reconocía que "todo ha estado controlado y no hubo ninguna sensación de peligro; situaciones similares las vivimos muchas veces y nunca recibimos una atención tan buena". La pareja estaba acompañada de su hijo Gonzalo Velázquez y su nuera, la asturiana Gloria Novo. Los cuatro habían viajado a Asturias a pasar unos días con la familia de Gloria Novo. "Lo único, que no pudimos ver el partido en casa", ironizaron. Y pese al último incidente señalaron que su primera visita a Asturias ha sido inolvidable. Los cuatro son médicos y destacaron de su visita, además de los lugares habituales para los turistas, el HUCA.

Idéntica impresión tenían los sevillanos Pilar Guerrero e Iván Nogales, a los que el aviso les pilló ya dentro del avión. "La gente se ha portado fenomenal y hemos estado informados por mensajes todo el tiempo. Es la primera vez que visitamos Asturias y es una manera original de marcharnos", indicaron.

Los afectados recibieron un vale de 10 euros para la cafetería y fueron trasladados a Avilés para comer en el restaurante 40 Nudos. La salida quedó fijada a la media noche.

"Está claro que Asturias no quiere que nos vayamos", dijo Diana Rubio. El incidente activó el protocolo de emergencia de Volotea y acudieron los bomberos, aunque no tuvieron que hacer nada. Susto para acabar el puente.