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Cuando Garzón firmó por la "identidad"

Dirigentes críticos recuerdan al líder federal su rúbrica en un documento que garantizaba el respeto a la "singularidad" asturiana en la confluencia

Por la izquierda, Segundo González, Sofía Castañón y Daniel Ripa (Podemos), Ramón Argüelles (Izquierda Unida) y Olga Álvarez (Equo), ayer, en la Junta General. LUISMA MURIAS

La crisis "existencial" de IU ha llegado a ese punto en el que el plan de ataque tira de archivo, desempolva un documento y le enseña al bando contrario su firma ratificando promesas que esperan ser cumplidas. El texto se titula "Una izquierda para el cambio político", vincula a la federación asturiana y a la dirección federal y lleva la rúbrica del coordinador, Alberto Garzón, junto a la del líder regional de la coalición, Ramón Argüelles. Lo suscribieron ambos hace casi exactamente un año, en otro intento serenar los ánimos de la organización ante otro conato de incendio a cuenta de la identidad y la convergencia con Podemos y reconoce la "singularidad" de "Asturias dentro del proyecto federal de IU" como punto de partida para ordenar el camino hacia la confluencia. El texto rescatado del pasado recobra el sentido a la luz de los planes de futuro de la dirección, o de la interpretación del documento interno conocido la semana pasada que requiere de las federaciones con personalidad jurídica la renuncia al nombre y a las siglas y la centralización de la gestión económica.

Garzón firmó bajo un texto en el que también se guardaba una carta, la mención expresa a la lealtad y el sometimiento que IU de Asturias promete a la dirección federal y a su acuerdo "de construir un nuevo movimiento político y social que vaya más allá de IU". Pero los dirigentes de Asturias no alineados con las tesis de Madrid buscan otro pasaje, unos párrafos más arriba. Y en este momento en el que el líder nacional los acusa de "desleales" por asegurar que el propósito último de su versión de la confluencia es disolver la organización, encuentran en el documento de abril de 2017 aquel otro párrafo en el que la federación asturiana se declaraba, sí, "dispuesta a trabajar conjuntamente" con el resto de las fuerzas de la izquierda, pero con el matiz esencial de hacerlo "desde el respeto a nuestra propia identidad, que es diferente a la del resto de actores". IU de Asturias "es un activo imprescindible en la construcción de una alternativa real de cambio político", proclamaba también el texto en reconocimiento a la "importante capacidad de influencia social y política" de la organización y a su arraigo electoral en la región. No conviene, apostilla, "idealizar los procesos de confluencia, porque "conllevan diferentes contradicciones que a veces son difíciles de gestionar".

La "identidad" y la "singularidad" del proyecto político y la mejor manera de asegurarlas in contradecir la amplitud de la confluencia son las palabras más repetidas en una crisis que al decir del sector disidente pone en duda el futuro de la existencia de IU tal y como la conocen. El coordinador federal sostiene, sin embargo, que la discrepancia es de interpretación de sus propósitos, que no conducen a la disolución de IU más que en la mente de quienes hacen caso a "rumores falsos" y "noticias inventadas". El sector disidente teme que en su literalidad las intenciones sean ciertas, que el plan sea mantener la existencia de la coalición en su sentido estricto, pero dentro de un marco más amplio que, a su juicio, iría apagando su visibilidad y su influencia política.

Llegados hasta aquí, el manifiesto que cuestiona al coordinador federal, sus métodos de liderazgo y la falta de transparencia de su política de confluencia con Podemos superó ayer el medio millar de firmas, más de doscientas de ellas emitidas desde Asturias.

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